¡Auxilio, soy un gato! ((Libre))

No podía creer lo increiblemente... bien que se veia su amigo con aquél uniforme, podía haber jurado que enrojeció un poco, se veía algo íntimidante claro que si, pero como podía jactarse de entenderlo un poco pudo ver mas alla de eso... pero claro, decidió no decir nada al respecto

- Amm ¿ya estás listo?... creo que se hace tarde y... -no sabía si irse o quedarse, además sentía a su mascota temblando un poco, tal vez sea el frío -... y creo que Hanatamago tiene sueño -si, definitivamente quería a golpearse así mismo por no saber que decir... luego su estomago le traiciono cuando sono... no se había dado cuenta de que tenpia hambre hasta ese momento

Todavía seguía cuestionándose si invitar a Tino a otra parte sería una buena idea o si lo mejor sería que cada quien se fuera por su lado.
-Gr'cias por v'gilar...-por unos instantes, le pareció que el otro rubio se ruborizó ligeramente, pero eso no podía ser claro, que no. Seguramente su imaginación le estaba jugando malas pasadas. A lo más que podía aspirar, era que no se sintiera intimidado por verlo en su uniforme-La r'pa que me pr'staste...te la r'gresaré d'spués de l'varla-ofreció algo apenado, no sabiendo que más decir.
Se sintió un poco decepcionado cuando Tino mencionó que se estaba haciendo tarde. Quería pasar un poco más de tiempo con él, pero pensó que debía de estar algo cansado luego de todo lo ocurrido. Le hizo una caricia a Hanatamago y se planteó la posibilidad de preguntarle a su dueño si estaría bien ir de vez en cuando a jugar con el animalito y sacarlo a pasear, además del beneficio adicional que representaría ver a Tino también. Alcanzó a oír un sonido que puso en evidencia que su amigo tenía hambre y decidió armarse de valor.
-....c'na...- "¿Te gustaría ir a cenar?" fue lo que quiso decir, pero las palabras se le atoraron y como siempre, no pudo decirlo bien.

No tienes por qué... bueno, si insistes -no le importaba que la ropa estuviese sucia, pero veía una oportunidad en volverse a ver cuando se la entregara de nuevo -pues si, tengo hambre -paso un brazo nervioso por la espalda, y luego cayo en cuenta -¿no quieres comer algo conmigo? -preguntó sonriendo, recordando que por allí había un lugar donde servían comida italiana que le gustaba mucho

Parpadeó confundido y pensó que había oído mal, pero no tardó en comprobar que en verdad había pasado. ¡Tino lo había invitado a cenar!
Si bien se reprendió porque tenía que haber sido él quien lo invitara primero como muestra de agradecimiento, pensó que sería una total y completa descortesía rechazarlo. Eso y que también tenía hambre...y honestamente, otro poco estando a su lado no le incomodaba en lo absoluto, al contrario. Por suerte mientras se cambiaba de ropa se tomó la molesta de revisar y aparentemente aún tenía el dinero que había pensando en usar para sus compras antes que se convirtiera en gato. Que bueno que nadie había tocado su uniforme.
-V'mos-asintió emocionado, si bien no se le notaba en la cara. Casi se sentía como si fuera una cita.

Cuando el otro le apremió el sonrió y asintió, al menos no comería solo... y debía admitir que le gustaba su compañía, aunque quería golpearse por aquellos pensamientos

Le señalo un pequeño restaurante que estaba cerca de allí, era realmente acogedor y le gustaba mucho por ese hecho, le recordaba a casa y cuando su madre cocinaba para él, además la comida es deliciosa

¡Es allí! a menos que quieras ir a otro lugar -le indicó cuando estaban ya cerca, sintiendo que descortés no preguntarle

Observó atento el lugar que propuso Tino y asintió para demostrarle que estaba de acuerdo. Ya una vez había ido ahí y era muy agradable. Si bien estaba seguro que en esa ocasión lo disfrutaría mucho más, puesto que la pasada había ido solo. No sólo era el tener compañía, era que Tino fuera quien lo acompañaba lo que de verdad le emocionaba.
-¿Hm?-se detuvo a tan solo un paso antes de entrar-¿No h'brá pr'blemas por ella?-señaló a Hanatamago, quien en cambio lo miro curiosa al intuír que era el tema de conversación.

¿Quién? ¿Hanatamago? -abrazo instintivamente a su perrita y no pudo evitar reír -no, la otra vez la traje y todos la consintieron, creo que salió mejor alimentada que yo -rio ante el recuerdo -es una señorita que se porta muy bien -empezó a acariciarla -asi que por ella no te preocupes -sonrió y tomo al chico de la mano para que se apurara y entrara con él -entonces vamos a comer -dijo entrando feliz al lugar

La perrita se mostró entusiasmada ante las atenciones de su amo y no pudo evitar sonreír ante la escena. Es que ambos le resultaban muy tiernos.
Se sorprendió ya no porque Tino lo tomara de la mano, sino porque cada vez se sentía más natural ese gesto. Nuevamente la palabra "cita" resonó en su mente.
Cuando entraron al restaurante se preocupó un poco, Algunas personas que estaban ahí se le quedaron viendo y se limitó a retroceder un paso debido a la indeseada atención. No pudo evitar preguntarse a qué se debería en esa ocasión: si porque era caballero, por su aspecto intimidante o por que su uniforme estaba sucio. Pensó en lo mucho que su aspecto contrastaba con el de Tino y se avergonzó. ¿Realmente estaría bien acompañarlo después de todo?

Tardo en caer en cuenta de lo que pasaba, primero se distrajo viendo las mesas libres en el pequeño lugar, solía darse cuenta de los detalles pero en ese momento no sabía si era el hambre o su compañía quién lo tenía asi, luego se fijo en bien en los demás.... vaya, todos tenían una expresión de anormalidad que su vida había visto, nunca había causado una reacción así en ningún lugar, de hecho solía evitarlo, luego se fijo en su acompañante que estaba claramente incomodo... entonces actuó sin pensar, no dejaría que le arruinaran su cena de esa forma, puso su mano tras de si, chasqueo los dedos y todos los que le miraban rapidamente cambiaron la dirección de su vista, toda aquella tensión se había ido, sonrio de medio lado y luego vio al mayor

- Mucho mejor -rio por lo bajo esperando que este no dijera nada -¿quieres sentarte?

Observó curioso el gesto de Tino y de pronto todos dejaron de mirarlo. Se sorprendió por eso, pero igualmente le agradó no ser el centro de atención, así que se limitó a corresponderle asintiendo con un movimiento de cabeza cuando le preguntó si quería sentarse. Aunque no lo demostrara abiertamente, le agradaba pensar que el ojivioleta lo hubiera defendido. Ahora sabía que era mejor no molestarlo.
-¿Ahí?-señaló una mesa al lado de una ventana. Estaba algo apartada del resto, así que no tendría que preocuparse por recibir más incómodas miradas.

Observo que estaba algo retirada, suposo la razón así que simplemente se sentó allí colocando a su mascota en una pequña esquina, espero a que el otro lo imitara mientras la mesera se acercaba y dejaba una carta en la mesa

- Yo... creo que quiero una sopa de pollo, tengo frío -paso la mano por detrás de su cuello -¿que pedira ud Berwald? -le sonrió

Leyó el menú que les habían dejado, y tal vez fuera porque conservaba algo de sus instintos felinos, pero tenía muchas ganas de comer pescado. No era que no lo comiera normalmente o no le gustara, pero especialmente en esa ocasión lo visualizaba como la cosa más deliciosa del mundo.
-¿E'to?-señaló un platillo que incluía pescado- Y e'to tamb'én-señalo otro, unas albóndigas-P'ra H'nat'mago-la cachorrita alzó la cabeza al oír su nombre. No le parecía justo que ellos fueran los únicos que disfrutaran de una deliciosa cena, Hanatamago también lo merecía.

La última vez que había venido tuvo que compartir su comida con su mascota, pero la misma chica que le atendió le había regalado algo de mas a su cachorrita, ciertamente tenía la comida de ella en casa porque no le alcazaba el dinero para comprar de más... se sintió mal por ello y casi pudo sentir una estúpida lágrima bajar de su ojo, pero decidió que ya vería que haría luego para pagar eso

- E-Eh... tienes razón, pidamosla también -rápidamente se tapo la cara con el menú para poder rascarse los ojos y luego la bajo -V-Veo que te gusta el pescado -dijo tratando de disimular su pena

La última vez que fue ahí, fue en compañía de otros caballeros. Los demás bromeaban entre ellos y no perdían oportunidad para coquetear con las meseras, mientras que él no pudo evitar sentirse algo incómodo y fuera de lugar, además de ignorado. Seguramente lo invitaron más por compromiso que por gusto. Se alegraba de encontrarse en compañía de Tino. No sabía porque, pero le era más fácil relajarse con él, a pesar que todavía siguiera teniendo algunos problemas para expresarse, pero el ojivioleta parecía entenderlo bien.
-¿Te s'entes mal?-preguntó preocupado cuando lo vio ocultarse tras el menú, por un momento temió haberlo incomodado e alguna forma. Pero no tardó en volver a apenarse también él por su comentario-Um...un p'co...-balbuceó apenado cuando le cuestionó su gusto por el pescado.
Lo notó un poco distraído, pero no quiso preguntar más por temor a molestarlo. Recordó a su madre y lo que hacía cuando era niño para animarlo. Tomó una servilleta de papel y comenzó a doblarla y cortar pequeñas partes, según fuera el caso.
-P'ra ti-le entregó lo que parecía ser una sencilla flor de papel, esperaba que le gustara.

Espero que sus ojos dejaran ya de torturarle y vio como su acompañante le regalo una flor hecha con el papel de su servilleta, eso hizo que se calmara un poco, y no pudo evitar sonreir

-Gracias -exclamó y tomo la pequeña figura, luego la apreto con ambas manos y la transformo de color, ahora era roja, pero seguía siendo la misma figura que le había obsequiado -creo que a ti te sentara mejor -tomo un broche que cargaba en su bolsillo y coloco la flor en el pecho de Berwald -te queda bien -rio un poco y en eso la chica llego tomando su orden y regreso a la cocina, él se quedo un rato mirandolo, no sabía que podía decirle o si se tomaba bien que usara magia frente a él

Le alegró inmensamente ver a Tino sonreír por el pequeño detalle. Esa expresión le quedaba mil veces mejor y lo hacía ver más tierno.
Al principio, no supo que pensaba hacer cuando tomó la flor de papel entre sus manos y le tomó un poco descubrir que había cambiado de color. Su primer instinto fue recorrer el lugar rápidamente con la mirada, pero nadie más parecía haberse percatado. Su rostro adoptó el mismo tono que la flor cuando Tino se la colocó en el pecho. Siendo un caballero, sabía que usar magia estaba prohibido y que cuando menos debía reprenderlo. Pero por otra parte, no había sido nada malo y nadie se dio cuenta. Además, encontró la flor, ahora roja, muy linda.
-G-gr'cias...-balbuceó apeano y todavía sonrojado-¿C'mo apr'ndiste a h'cer m'gia?-se cubrió la boca tan pronto hizo la pregunta. Se le salió sin pensarlo bien. Esperaba que Tino no lo encontrara muy imprudente-No t'enes que d'cirme si no q'eres.

Lo vio enrojecer, le parecía tan tímido y buena persona que no pudo evitar reír, no era ni absolutamente parecido a quién demostraba ser en el exterior, luego escucho su pregunta

- No hay problema, lo aprendí de mi madre, ella era hechicera y me enseño todo lo que sé... aunque algunas cosas la aprendí por mi cuenta, como esa -señalé a la rosa en su pecho -me gusta entretenerme con lo que sé -mientras decía esto, llego la orden con la comida -ah... ¡mira que bien se ve! -exclamo sonriendo a la chica que traía la orden

Lo escuchó con atención mientras respondía su pregunta. A él su madre podría no haberle enseñado magia, pero sí fue su maestra para otras muchas cosas. Sonrió involuntariamente al recordar aquello y entonces la mesera volvió con sus pedidos.
Maldijo mentalmente lo que quedaba de su instinto felino cuando percibió el delicioso aroma a pescado y su estomago gruñó, motivándolo a probar un bocado. "Muy bueno" pensó mientras comía.
Un leve quejido llamó su atención y divisó a Hanatamago a su lado, alzada en sus patitas traseras. Seguramente también tenía hambre. Colocó algunas albóndigas en un plato a parte y lo colocó en el suelo para que comiera también. Después miro a Tino, como preguntándole si estuvo bien lo que hizo.

Sintio las estupidas lagrimas volver a sus ojos, pero se contuvo, sabìa que si hablaba le temblarìa la voz asi que se limito a sentir, sabía perfectamente que Hanatamago entendía como se sentía, aun asi le sonrio apremiante para que comiera, tomo un probado de su sopa y se olvido un rato de lo que le preocupaba

- Esta deliciosa -ahora sonrió con mas confianza, ya verìa que hacer luego, se dio cuenta de que su compañero aun tenìa unos rastros gatunos al ver como olisqueaba la carne, sonrìó en su interior, mejor no le decía nada, era mas divertido así -¿que tal esta tu comida Berwald?

Por más que se esforzara por disimularlo, era obvio que algo le pasaba a Tino. ¿Qué podría ser? No se animaba a preguntarle en voz alta, temiendo que pudiera ser algo privado y no quisiera comentarlo o bien lo hiciera sentir peor. ¿Sería algo que él hizo? Hizo memoria, pero no se le ocurrió nada. ¿Y si se disculpaba por si acaso? Eso sería lo mejor, en vista que no se le ocurría otra cosa que decirle. De haber sido más elocuente o expresivo, seguramente se le habría ocurrido alguna broma o comentario ingenioso para hacerlo reír. Cómo odiaba que le fuera tan difícil expresarse.
Volvió a realidad cuando oyó que Tino le estaba hablando. Le tomó un poco captar la pregunta, puesto que había estado distraído. Optó por tomar otro bocado antes de responder, pero cuando lo hizo…
-Miau-
Se le escapó un maullido. Hasta ese momento, no creía que le fuera posible sentirse más avergonzado. Entonces notó que algunas personas los estaban observando y su cara se puso más roja. ¿Por qué aún tenía tendencias gatunas? De cualquier manera, no quiso perder tiempo pensando en eso e hizo lo que le pareció mejor y más maduro en ese momento.
Se escondió debajo de la mesa.

Le escucho maullar y solto la cuchara que sostenia dentro de sopa ¿Sera que el hechizo no habia servido? Se preocupo mientras lo miraba cambiar de color, nuevamente la odiosa gente centro su atencion en ambos, el ya le diria si se sentia bien, pero luego se escondio bajo la mesa... Y movio casi toda la comida, al menos no la tiro penso el en su interior, sin importarle quien lo mirase o como lo mirasen se agacho bajo la mesa para observar a su compañero y tomo su rostro con ambas manos ¿Estas bien Berwald? ¿Algo te sento mal? ¿Te sientes como gato de nuevo? no podia evitar preocuparse mientras lo veia directo a los ojos, incluso hanatamago se acerco para ver que pasaba

Ciertamente, no se esperaba que el ojivioleta sonara tan preocupado por él luego del ridículo que seguramente le había hecho pasar en el restaurante. Y Mucho menos se esperaba ver a Tino agachado con él, sosteniendo su rostro entre sus manos. Bajo otras circunstancias menos incómodas, habría sido especialmente agradable, pero bueno (no que en ese momento no lo fuera, pero estaba debajo de una mesa y seguramente con un montón de curiosos preguntándose que estaría pasando ahí). Se forzó a respirar profundamente varias veces para calmarse.
-E'toy b'en, lo s'nto-se disculpó y finalmente se animó a salir, esforzándose lo más posible por ignorar las miradas y cuchicheos que iban dirigidos a su persona. Se mostró más cómodo al acariciar a Hanatamago, su forma de agradecerle y disculparse también por haberse preocupado-Crees que...¿t'davía q'dó algo de la tr'nsformación?-le susurró a Tino lo más bajo posible, esperando que nadie más pudiera oírlo.

No entendia porque actuaba asi, tal vez era la misma frustracion que le causaba el hecho de tal vez haber fallado en el hechizo
No tengo idea admitio honestamente, volvio a hacer el mismo gesto que cuando llegaron e hizo que todos desviarian la mirada de nuevo odiosos, no los soporto quiso volver a la comida... Pero no pudo, estallo en risa alli mismo ante la mirada fija del caballero L-Lo siento, es que fue muy gracioso, lo siento se disculpo pero sin dejar de sonreir exclamo si te sientes raro de nuevo avisame, tal vez hice algo mal, no lo se admitio avergonzado

De manera involuntaria, se encogió en su silla cuando alcanzó a escuchar que alguien dijo "raro". Por suerte Tino intervino nuevamente e hizo que dejaran de mirarlos. Gruñó para demostrarle que estaba de acuerdo con él. Odiosos y metiches, ¿es que no tenían nada mejor que hacer que observarlo? Olvidó su molestia de golpe al oír la risa del otro rubio. Al principio temió que pudiera estarse burlando, pero pronto descubrió que no era por eso. Recordó que antes lucía algo triste, así que era un buen cambio.
-No te pr'ocupes-lo tranquilizó cuando se refirió al hechizo-Ya me s'ento b'en-Hanatamago ladró para llamar su atención e indicarle que había terminado con su comida. Al final fue a echarse en su esquina para esperar a que ellos terminaran.

Me alegra le sonrio a su cahorrita que ahora parecia una bolita de nieve en una esquina, suspiro y volvio a su sopa, estaba un poco fria ya pero no lo suficiente para saber mal, tomo la cuchara y comio rapidamente para no dejar que se enfriara, dejo los trocitos de pollo para el final, le regalo uno a Hanatamago que miraba en su direccion y el se quedo con el resto
... De todas formas si en algun momento te sientes mal a-avisame no sabia aun porque se sentia responsable de que su acompañante se sintiese bien, tal vez porque aun no confiaba mucho en su magia, y le parecia que era prudente verlo ahora que era su amigo, no pudo evitar sonrojarse ante ese pensamiento