Todo por una tonteria [Privado/Berwald]

Esta frustrado y se notaba. Se notaba en su forma de afilar a Frigg, lo hacia con rabia, con furia. Se notaba en el musgo que le cubria su espalda y su ojo derecho, que le ayudaba a curar las heridas. Se notaba en su pelo, que le caia lacio sobre el ojo derecho. ¡¡Y se notaba en su camisa esa girones!! Su camisa, su amada camisa hecha con algodon real, que solo el rey y su familia puede obtener prendas de ese material. Se sentia un traidor a la corona élfica y todo ¿por qué? Solo por que uno se había metido con su trabajo.

Eso si que no lo soportaba. ¿Cómo se atrevia a decir que el solo se dedicaba a contar mentiras? El ser juglar era un arte. Un arte muy complicado que pocos alcanzaban y el tenía la suerte de ser uno de los mejores, por eso se había peleado, pero no es que fuera muy diestro en la batalla asi que le habían dado por el pelo. Se hubiera transformado si no fuera por que habían corrido rumores de que habían avisado a los caballeros.

¡No es que huyera! Es que es mejor una retirada a tiempo que formar una guerra. Claro, una guerra por que como se atrevieran a matarlo, muchos reyes se enfadarian y le declararían la guerra a este. Por eso había ido al bosque, alli los arboles le protegerian de cualquier mal que le acechara, como hacia ahora el musgo con sus heridas.

Oyo pasos que se acercaban por el bosque y se tensó, pero luego se relajó. Ningun caballero entraria en el bosque despues de los cambios que se habian producido, ademas de que cuando descubrieran quien era él seguramente se lo pensarian varias veces antes de arrestarle o de ponerle la mano encima.

Recorría resignado el camino a las del río hacía el bosque. Su expresión era más seria que lo usual, aunque claro que para la gran mayoría lucía igual que siempre, pero lo cierto que es que estaba algo molesto y no era para más según su punto de vista.

Sabía bien que su deber como caballero era mantener la paz y guardar el orden y que para eso eran necesarias las guardias. Manteniendo su compromiso, prácticamente podría decirse que nunca había faltado a una. Y sus compañeros conocían bien ese hecho, justamente esa era la razón por la que se encontraba ahí en ese momento. Se recriminó otra vez por, ahora considerándolo bien, haberse "vendido" tan fácil y por tan poco. Pero cuando uno de los otros caballeros, a quien originalmente le correspondía esa guardia, le pidió que lo cubriera a cambio del doble de su salario no pudo negarse.

No era que tuviera problemas económicos tan graves, dado que normalmente era muy prudente con esas cosas. Pero habían unos ciertos pendientes para los que sí necesitaba algo de dinero extra si quería llevar a cabo sus planes.

Reprimió un suspiro y se obligó a mantenerse alerta. Muchas criaturas merodeaban por ahí y bajar la guardia no era una imprudencia que pudiera permitirse. A la distancia consiguió enfocar una figura. ¿Acaso sería humano? Por si acaso, decidió acercarse lo más sigilosamente posible para investigar.

El musgo se desprendio de su espalda y eso hizo que en verdad se preocupara. El bosque había pensado que quien se acercaba era un enemigo suyo, y eso solo significaba una cosa, que era un caballero. Eso le preocupo un poco, ¿Iria a arrestarle? Negó con la cabeza. No se atreveria en cuanto viera que era el juglar del pueblo. Además de que ahora mismo nada le delataba como diferente, parecia un humano normal a quien habían golpeado. Solo si se fijaba mucho se podian notar sus orejas puntiagudas, pero estaban llenas de pendientes, no notarían nada.

Se aparto un poco el pelo de la cara, para poder observar su alrededor, pero no sirvio para nada. ¡Por un dia que quiere tener el pelo como siempre! Resoplo y cambio su posicion encima de la roca, de una relajada a una de ataque, decidido a usar la piedra como impulso si hiciera falta. Tomo aire antes de preguntar-¿Quien va?-cerró las manos fuerte contra el mango de Frigg.

Cerro los ojos, notando como la inchazón disminuia y las heridas se cerraban. El movimiento acompasado de su respiracion creaba la ilusion de que la dragona que tenía en el pecho se movia y pareciera real. Esperaba que el proceso fuera rápido y no le confudieran con un hechicero o algo parecido.

Se detuvo a poca distancia del conocido para volver a evaluar la situación con más cautela. Aprovechó para acomodar sus lentes esperando que eso le ayudara a mejorar un poco más visión, aunque lo cierto fue que no sirvió de mucho. Y también, por si acaso, condujo su mano hacia la empuñadura de su espada, en caso de que fuera necesario defenderse, si bien esperaba no tener que llegar a tanto.

Avanzó un poco más, lo suficiente como para poder enfocar al otro con claridad y fue hasta entonces que lo reconoció. Se trataba ni más ni menos que del juglar del pueblo, quien dicho sea de paso se encontraba en un estado bastante lamentable. Parecía que hubiera estado en algún tipo de pelea y riña y por su aspecto no estaba del todo seguro que hubiera sido el vencedor.

-No soy en'migo-respondió lo más claramente posible, más sin embargo en ningún momento soltó su espada, algo que principalmente se debía al instinto, pero había algo en el ambiente que no podía determinar que le producía escalofríos.

Aunque pensó en darse la vuelta y cambiar de rumbo, se quedó quieto en su lugar, esperando por si el otro decidía decir o hacer algo más. Pudiera ser que incluso necesitara ayuda y tuviera ganas o no, seguía siendo caballero y era su deber brindársela.

Echo la cabeza hacia atrás y vio, dado de la vuelta, la figura del caballero. Sonrió un poco por el efecto pero se puso bien y bajo el hacha. No parecía dar señas de pelear, así, ¿para qué meterse en una pelea? Además, aunque estuviera curado, no se sentía psicológicamente bien para pelear de nuevo. Se incorporo con pesadez de la roca y se cargó el hacha el hombro antes de girarse para poder verle "a la cara".

Cuando habló, si se podía llamar así, un sentimiento de familiaridad se despertó en él y tras unos segundo de incertidumbre encontró una respuesta que le hizo sonrojar y pensar que era idiota por no habérselo preguntando antes a ella si tenia familia. Bueno, lo haría cuando volviera a casa.

-Oye, ya que estas...cuando he salido buscando este claro no me he fijado mucho por donde venia...¿Podrías hacerme el favor de guiarme de vuelta el pueblo?-Si, era algo incongruente que un juglar se perdiera, pero si colaba, colaba.

Avanzó hasta él con una sonrisa-Yo tampoco soy enemigo, así que puedes soltar la espada-comentó cuando llegó a su lado.-Se parecen demasiado+Ya lo sé-Eres idiota+No me lo recuerdes-¡Es la mujer de tu vida y no sabes nada sobre la suya!+Primero le interrogo a él y luego a ella-¡Eres un genio!+Lo sé-sacudió la cabeza dejando su dialogó interior y volviendo a la vida real.

[OFF: Gomen por tardar tanto, pero estuve con exámenes y con trabajos, bueno aun sigo, pero hoy encontré a mi inspiración escondida debajo de la cama y la estoy aprovechando)