No todo es lo que parece [Privado/Alice]

Se froto los brazos como un acto reflejo. Ya no podia sentir nada, por mucho que quisiera y en verdad queria. Se ajusto la bufanda, ya que había oido a su padre decir que hacia frio y debia guardar las aparencias por si aparecia cualquiera que pudiera verle. Se miro las manos. Parecian más corporeas que de costumbre, asi que supuso que cualquiera podria verlo. Aunque eso le importaba poco ya que iba a travesando las paredes del cementerio como si nada. Estaba amaneciendo y la hierba ya estaba cubierta de rocio. Había pasado toda la noche fuera, ya que tanto su padre como su tío se enborracharon y seguramente estarian de resaca todo el dia.

Oyo unos pasos y deseo hacerse incorporeo, pero seguira pareciendo un niño demasiado pálido. Por si acaso dejó de atravesar paredes y se hizo el perdido, intentando buscar la salida del laberinto, aunque sabia perfectamente donde se encontraba.

De nuevo estaba ahí, y esta vez sola. Perfecto, Alice, lo volviste a hacer. ¡Sabía que no debía de haber salido sola de la cabaña! Pero, entonces, ¿Quién iría a comprar comida? ¡No pensaba morir de hambre! Pero ahora ahí se encontraba. A mitad de la nada, en un laberinto, congelándose y maldiciendo a su pésimo sentido de la orientación. Sus mejillas estaban rojas por el frío que chocaba contra ellas, y toda su demás piel estaba pálida como la de un fantasma. ¡Además estaban en pleno Otoño!

Suspirando, la joven no pudo hacer nada más que resignarse a recorrer todo el Laberinto en busca de una salida, convenciéndose a sí misma de ser valiente y no salir huyendo por la primera cosa escalofriante que viera o escuchara. Claro que sus planes fueron frustrados muy prontamente, cuando Alice notó una figura pequeña y desamparada a mitad del lugar. Tuvo que contener un grito, y estuvo a nada de salir corriendo cuando notó que era un niño pequeño.

El miedo desapareció por unos momentos, pero una inseguridad permaneció atormentándola. ¿Y si era un fantasma?

-H-Hey! Who are you?