Una visita sin muchas expectativas (Libre)

Se adentró con cautela en el cementerio, nunca estaba de más ser prudente, después de todo, extrañas criaturas y muchos peligros amenazaban al pueblo.

Pensaba hacer una visita a sus padres, contarles sobre su vida y pedirles que lo ayudaran tanto con su trabajo como caballero como a entenderse mejor con los otros. Hacía mucho que había aceptado su pérdida, todavía los extrañaba, pero ambos se habían querido mucho en vida y en cierta forma, le alegraba que estuviera juntos. Dejó escapar un suspiro. A veces deseaba tener a una persona que lo quisiera tanto.

Sostenía dos ramos de rosas que pensaba colocar en sus tumbas. Debía recorrer un largo camino para llegar a ellas, mientras tanto, se fiijaba en los nombres de las otras. La mayoría eran inocentes que habían muerto por causas no naturales. Vampiros, hombres lobos...entre otras criaturas acechaban. Le servía para recordar la razón por la que se convirtió en caballero.

Al avanzar un poco más, se puso en guardia. No estaba solo en ese lugar.

Mientras analizaba la tumba, notó la presencia de dos personas...Una era Natasa, así que no se preocupó por ella, pero la otra...

La otra desprendía la esencia de los caballeros.

Procuró seguir concentrado en lo que estaba haciendo. Si le preguntaban, tendría una buena coartada...

...solo esperaba que aquel caballero no estuviera en el castillo el día que ofreció su ayuda al rey. Iba encapucado aquel día y apenas se le veía la cara, pero no sabía hasta qué punto podría resultar reconocible.

Sacó de su jubón una enorme jeringuilla, clavándola en el suelo, justo donde debería encontrarse el cuerpo de la persona enterrada, y comenzó a extraer...¿un líquido negro?

Parecía bastante espeso...como el petróleo...y había bastante, ya que llenó todo el enorme recipiente sin problemas.

Olisqueó la punta de la aguja. Aquel líquido tenía un olor muy fuerte y que irritaba levemente los ojos, le recordaba bastante al amoniaco. Pero era obvio que aquello no era amoniaco.

Estaba perdida en sus memorias y en sus pensamientos, mirando la variedad de tumbas que habia en ese lugar. Cerro los ojos unos momentos, tratando de recordar todo lo que ella queria, y que se habia esfumado...
Como odiaba esa sensacion, amarlo, pero a la vez odiarlo, saber que nunca volveran esos tiempos, saber que nunca sera suyo...

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por su cuervo, que se paro en su hombro y empezo a graznar, lo cual molesto a Natasha. Abrio los ojos y volteo con el cuervo, este empezo a volar en circulos, indicando mas personas en ese lugar.

-Buen chico- Dijo, volteando a los lados y viendo la figura de Yao a lo lejos, pero tambien habia otra figura, era un caballero, pero nunca antes lo habia visto andar por ahi.

El cuervo, volo donde el caballero vigilandolo y parandose en la tumba de aquellos que el habia venido a visitar.

No era una persona supersticiosa o que le disgustaran los animales, pero le agradó mucho ver a ese cuervo parado sobre las tumbas de sus seres queridos. Frunció el ceño para demostrar su enfado y esperando verse todavía más temible así y espantar al ave, que ni siquiera se inmuto por su fría mirada.
Extendió la mano e hizo un ademán para ahuyentarlo, molestandose aún más cuando el cuervo le graznó.
-L'argo, v'te-ordeno, sintiendo que su paciencia comenzaba a agotarse.
Por su repentino enojo, olvidó que originalmente pensaba averiguar quienes más estaban en el cmenterio.