[R18]Sekti Blogas Popietę [Privado/Maria]

Abrio la puerta de la taberna con una sonrisa. Hoy había sido un día fantastico para él. El estupido no le había regañado ni una sola vez, seguramente o estaria enfermo o le habría afectado de nuevo el cambio, pues no había salido de su habitación y eso solo significaba más libertad. Pero como no tenia ni idea de cocinar asi que decidio irse a la taberna del pueblo, por lo menos alli comeria algo, aunque luego no le gustara y arrastrara a Thor por toda la casa para que le cocinase algo.

Entro con su sonrisa de superioridad-por que claramente lo era- y se dejo caer en una silla. Bueno, se dejo caer y se callo al suelo de espaldas. Algo sonrojado por aquello se volvio a sentar totalmente sonrojado y con la cara oculta entre los brazos. Queria morir o por lo menos, echar el tiempo atras solamente un minuto, para intentar no hacer el ridiculo.

-¿Camarera, podrias traer algo de vino? Y ya de paso, trae algo para picar-Notaba que una chica se había puesto a su lado y llevaba el uniforme de tabernera. Ni siquiera la miro a la cara, estaba demasiado enojado consigo mismo y con el mundo. Ahora mismo es cuando deseaba ser invisible como Charles y que nadie le viese.

Con una sonrisa en el rostro, Maria avanzó hábilmente entre la multitud que se encontraba esa noche en el bar. No tenía mucho que había comenzado su trabajo de camarera, y según su jefe, era una de las mejores... aunque de las que más faltaban, también. Siempre estaba animada y hacia que los clientes se pusieran de buen humor. Y era a la que mejor le daban propinas. Ella sabía que aquello se debía a su "awesominidad", y gustaba alardear de ello. Por eso era que las demás camareras siempre la miraban feo.

Pero aquello no le importaba a la albina, y con una agilidad digna de todo vampiro, llegó a la mesa del cliente que recién había llegado. Y al cual, de haber estado prestando atención, habría reconocido.

- Gute nacht! ¿Puedo tomar su orden? - canturreó contenta, y como pudo, anotó lo que el chico le había pedido. Enarcó una ceja ante eso de "picar" - Hemm... disculpe, ¿podría repetirme su pedido? - parpadeó. No le gustaba sentirse menos ossom que los clientes, pero había veces en las que recurría a la necesidad de pedir que le repitieran el pedido.

Eso era otra cosa de la que se quejaba su jefe. Era muy distraída.

Esperaba que la chica se hubiera ido. Ahora mismo queria estar solo, aun más depues de aquel ridiculo espantoso, pero la otra no había apuntado bien.-¡Maldicion algo para comer!-pego un puñetazo en la mesa y levanto la cabeza algo enfadado....Para encontrarse con los caracteristicos ojos rojos de Maria-eeee....S-Sveiki Maria. Y-Yo.....Lo siento...No sabia que t-tu...-su sonrrojo se multiplico por mil y no tuvo valor de sostenerle la mirada, asi que miro fijamente la veta de la madera.

¿Que hacia ella alli? No es que le molestara ni nada de eso, tal vez se sentia...¿celoso? Si, tal vez fuera eso. Habia visto el traje que lucia y si a él...bueno,... le había excitado, ¿Quien le negaba que a algun pervertido tambien? No dudaba que la otra no se pudiera defender sola.Osea ¡¡Era vampira!! Era una de las criaturas más peligrosas y todo eso, pero aun asi, le preocupaba. No soportaria se le pasaba algo y más si habia estado en su mano el protegerla.

Estuvo a punto de reclamarle por el hecho de que fuera muy grosero -y claro está, de golpearlo. Ella no era de las que se dejaban insultar-, hasta que notó quién era la persona a la cual se encontraba atendiendo. Una sonrisa creció en su rostro, y sin pensarlo dos veces, abrazó con fuerza al chico, enterrando sin querer la cara de él entre sus pechos.

- ¡LIET! kesesesese~ - canturreó, contenta -. ¡No te preocupes! Generalmente todos se enojan conmigo por ser tan awesome - bromeó, sin soltarle. Era lo suficientemente inocente como para no darse cuenta de que lo que estaba haciendo era algo realmente inapropiado para una "dama". Ella había sido criada así, por lo que era normal que pensara que aquello estaba correcto -. ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a visitar a la awesome yo? - preguntó, sonriente.

Lo separó apenas un poco de sus pechos, sólo para que él pudiera mirarle a los ojos y contestarle.

Su cara empezo a arder cuando la apoyo contra sus pechos. Sabia que la otra no era muy normal que digamos, pero...¡llegar a esos extremos! En su interior estaba feliz, habia soñado con esto muchas veces y se habia masturbado pensando en eso tambien pero sentirlo en la vida real era muy diferente.-Bueno...yo ...solo vine porque tenia hambre....Thor esta enfermo y yo no se cocinar- Si, no sabia hacer nada y dependia de él, pero ¿y que? No le importaba en absoluto

-¿Y tu? ¿Desde cuando trabajas aqui?-Estaba seguro que de haberlo sabido estaria día si y dia tambien, solo pero verla a ella. Se separo un poco más de ella cuando noto que les estaban mirando mal-¿No deberias estar trabajando?-No queria que se fuera, pero tampoco queria que fuera regañada.

- ¿Ah? ¿Thoris está enfermo? - medio exclamó, preocupada. El castaño le caía bien, era su amigo. Y como buena amiga awesome que era, debía de ver que sus amigos no se enfermaran, y si era posible, cuidar de ellos.

Ante las preguntas siguientes, no pudo evitar sonrojarse levemente. No esperaba que el otro se preocupara tanto por ella. Generalmente, nadie lo hacía, o ella no se daba cuenta. Volteó a ver hacia la barra, donde estaba su jefe mirándola con una expresión que decía "apresúrate o no te pago hoy".

- Err... comencé a trabajar desde hace unas tres semanas. No me alcanzaba el dinero para comprar comida o ropa - admitió, algo apenada -. Y descuida, mi jefe me quiere mucho, no me dirá nada. Pero como quiera tengo que llevarle los pedidos, kesese~ - bromeó -. En fin, ¿qué te apetece comer, eh?

Asintio, sin muchas ganas de querer hablar de ello. Seguramente estar fingiendo, nunca esta enfermo de verdad, lo que quiere es que le cuiden a él por una vez en su vida, pero él ya se había olido el cuento desde hacia tiempo, asi que siempre que le veia asi, huia de la casa

-De comer....-vaya, se le habia olvidado. Ahora que la había visto, solo la queria a ella. Asi era él, no pensaba con la cabeza, si no con aquello que tenia entre las piernas. No sabia como solo tenia un hijo, tal vez por que despues mataba a las chicas.-Trae algo de conejo o cordero asado, con una botella de vino. Del mejor que tengais

Ya que habia ido no iba a quedar como un tacaño, además el dinero le sobraba. Tenian dos herencias más todo lo que había robado y a lo mejor el poco dinero que se ganaba Thoris cuando actuaba de medico y/o boticario

Anotó todo lo que el otro le pidió, para después hacer algo así como un saludo militar.

- ¡A sus órdenes, señor~! kesese~ - canturreó, para luego encaminarse a la barra.

Le dejó el pedido a su jefe, quien simplemente le dijo "trabaja más y platica menos". Ella no le escuchó, estaba más entretenida mirando al albino de lejos. Desde que conocía a Liet y a Thoris, había cambiado notoriamente. Ya no era tan pesimista como antes, intentaba llevarse mejor con las demás personas y no ser tan arrogante. Quería tener más amigos, puesto que de alguna manera u otra, estos le alegraban el día y le hacían sentir que su eterna existencia no sería en vano.

Cuando el pedido del otro estuvo listo, tomó la bandeja con cuidado y se encaminó hacia la mesa de él, esquivando hábilmente a los hombres borrachos que se movían torpemente por el lugar.

- ¡Aquí esta su pedido, señor! - sonrió, dejando el platillo de cordero asado frente a él. Luego colocó una copa de cristal a un lado y comenzó a servir el vino, con cuidado de no tirar -. Es vino tinto, el mejor de la casa. Espero y lo disfrutes - infló el pecho, orgullosa de poder atender correctamente a su "cliente" -. Cualquier cosa que necesites, no dudes en llamarme, haré todo lo que me pidas - finalizó, sin darse cuenta del doble sentido de sus palabras.

Se la quedo mirando mientras se iba hasta que casi desaparecio de su campo de vision. En ese momento empezo a abofetearse. ¿Que le estaba pasando? Debia pensar con claridad aunque Maria le confundiera cada dos por tres. Ya había pasado por esto varias veces y no era tan dificil, aunque la vampira no era como los demás, es lo que le hacia mas especial y por tanto, hacia todo más dificil.

Todo eso se le olvido cuando vio el plato de asado frente a él. Tenia una pinta estupenda, tanto que se le caia la baba. Se limpio un poco con la manga y luego observo como caia lentamente el vino. Ya podian servirle asi siempre.-Todo tiene una pinta estupenda-Tomo con cuidado la copa y bebio con cuidado. Si que era uno de los buenos.

-¿Todo lo que te pida?-alzo una ceja, pensando en todo lo que podia implicar eso.-Me lo pensare. Pero por ahora, quiero que te quedes conmigo-No soportaba comer solo, además, teniendola cerca, se le podian ocurrir muchisimas mas cosas.

- ¿Quedarme contigo...? - murmuró, volteando a ver hacia su jefe, quien se encontraba coqueteando con una de las meseras. Se encogió de hombros y le sonrió al albino -. Claro, no veo el porqué no.

Se sentó en la silla que estaba a su lado, apoyando su mentón en la palma de su mano, mientras que veía al otro comer. Ella soportaba la comida humana, pero no le llenaba como la sangre. Tal vez por eso es que nunca podía disfrutarla. Soltó un suspiro, y se le quedó viendo al otro durante un largo rato.

- Liet... ¿por qué no te quedaste cuidando a Thoris? - quiso saber, ligeramente preocupada.

Le sentaba algo mal que la otra solo lo estuviera viendo, pero conocia de su problema con la comida asi que no podia hacer nada. En poco tiempo se habia comido la mitad del plato.-Thoris es el maestro de la mentira. Seguramente estara fingiendo para tener tranquilidad en casa, aunque no lo conseguira con Charles-empezó a reir a carcajadas. Su hijo era un verdadero terremoto y sabía que le molestaria para jugar aunque estuviera enfermo.

Tomo algo de vino y sonrio. Hizo un gesto con el dedo para que se acercara a él.-Quiero que te sienteas aqui.-señalo sus piernas. Tenia un plan, y aprovecharia la inocencia de la otra para cumplir sus sueños más oscuros

Enarcó una ceja al escuchar el nombre de Charles. No le conocía, y como pensaba que aquello no era de su incumbencia, simplemente no preguntó de quién se trataba.

- Ya veo - asintió -. Aún así espero que se recupere pronto - dijo, pensando que tal vez después del trabajo acompañaría al albino a su casa para hacerle una rápida visita a Thoris.

Al notar los gestos del otro y escuchar su petición, no pudo evitar confundirse un poco.¿Para qué querría que se sentara en sus piernas? No le molestaba para nada estar en su lugar, aunque bueno, si el otro se lo pedía, no veía porqué no tenía que obedecer. Se sentó justo donde el otro se lo indicaba, acomodándose el vestido para evitar que le estorbara. Luego volteó a ver al otro y le sonrió ampliamente, confiando ciegamente en él.

Le aparto levemente el pelo de la cara para poder observar mejor su sonrisa. Paso una de sus manos por su cintura, sujetandola, acercandola a él. Le devolvio la sonrisa, sobre todo para que confiara más en él. Sabia que a lo mejor no se lo permitiria, pero...Ya le habían golpeado varias mujeres, aunque si ella lo hiciera le molestaria aun más. Con la otra mano le acaricio el rostro suavemente, se notaba frio bajo sus manos, pero no le importaba. Era distinta a cualquiera que hubiera conocido y eso le gustaba, la hacía misteriosa, magnetica y él sentia que cuanto más tiempo pasaba con ella, más grande era la fuerza que irremediablemente le obliga a pasar el mayor tiempo con ella.

-Ya que tome el aperitivo, tu seras mi plato principal-Acerco su cara hasta su cuello, intenta aspirar su aroma. Notaba que otra vez la gente le volvia a mirar, esta vez con envidia. Seguramente recordaria ese momento toda su vida y parte de la siguiente, sobre todo por que la envidia de los demas hacia crecer su ego y eso le gustaba

Ella era realmente inocente respecto a ciertas cosas. Y la verdad es que ella se había acostumbrado tanto a ese tipo de "caricias" cuando estuvo con aquel hombre que la transformó en lo que era ahora, que no se le hacían para nada algo fuera de lo común. Confiaba plenamente en Liet como para sentir que él tramaba otro tipo de cosas con ella. Era su amigo, y los amigos se demostraban cariño a veces, ¿cierto?

Su cuerpo se tensó al sentir como él acercaba su rostro a su cuello. Aquella sensación le trajo muchos recuerdos. Recuerdos que había preferido guardar en lo más profundo de su ser. La última vez que alguien había echo aquello, ella despertó y se encontró sola y con una sed que le quemaba la garganta. Antes de darse cuenta, ya se encontraba empujando suavemente al albino para evitar que se acercara más.

- A-ah... ¡pero qué b-bromas dices! kesesese~ - rió, nerviosa, intentando cambiar el tema -. Y-yo no soy un platillo, tonto. Si quieres algo más puedes decirme y te lo traeré.

No se iba a rendir asi como asi. Dejo su cuello y apoyo la cabeza en su espalda, mientras una de sus manos se acercaba a su pecho, acariciando su vientre. Era delicado en sus caricas, aunque se le notaba ansioso por despojarla de aquel traje para hacerla toda suya.-Solo quiero que seas mia...mia y de nadie más-su voz sonaba algo apagada y a la vez necesitada.

Necesitaba amor. Pero no amor como él daba, rollo de una noche con 100% de probavilidad de muerte. No, él queria un amor sincero e incondicional, como el del estúpido. Aparte de toda la envidia que le tenía, una gran parte era que Thoris habia sentido lo que era el amor de verdad.

-M-Maria...-por sus mejillas empezaban a caer lágrimas que el no queria que salieran-¿M-Me amas?-la abrazo mas contra asi, apretando uno de sus pechos en la accion.

Confundida ante sus palabras, le volteó a ver, teniendo que moverse un poco en su sitio para poder hacerlo. Aún así no deshizo el abrazo, ni mucho menos se quejó por el hecho de que estuviera tocándola de esa manera. Sus ojos se abrieron por culpa de la sorpresa y su corazón se estrujó un poco al verle de esa manera.

Se veía tan frágil y desprotegido...

- Liet, pero... ¿qué dices? - intentó bromear ella, mientras que sonreía de la forma más cariñosa posible, intentando no mostrar esa burla de siempre. Una de sus manos se encargó de limpiar las lágrimas que escurrían por las mejillas del albino, y quiso hacer más para poder tranquilizarle - yo...

Se mordió el labio. Quería decirle que lo amaba, pero no estaba segura aún de lo que sentía por él, y no quería lastimarle. Se sintió tan poco awesome que se odió a sí misma.

- Te quiero, ¿vale? Y mucho - se limitó a decir.

La miro a los ojos, que aun seguian aguados en lagrimas.-Maldicion Maria....me haces tan feliz...-la abrazo más fuerte y empezó a llorar con más intesidad. Tenia que descargarse de alguna manera y había tenido que ser ahora, en publico, cuando tenia que mostrarse de esa forma. Como aquel niño indefenso que había sido en algun tiempo.

Consiguio calmarse un poco y volvio a observar a la prusiana. Oh, señor, era tan hermosa.-Maria...eso te convierte en mi...¿en mi novia?-Pensaba en quedarse alli. Nada de boda, nada de eso. Solo estar todas los noches con ella y llevar su amor al extremo al que él estaba acostumbrado.

Comenzó a palmearle la cabeza al mago, intentando que se calmara un poco. Nerviosa, miró a su alrededor para ver si alguien los estaba observando. Todos, incluido su jefe, estaban más atentos en una pequeña celebración que se encontraba al otro extremo de la taberna.

De alguna forma rara, les habían dado privacidad.

- ¡¿N-novia?! - medio chilló, sorprendida. El color se le subió al rostro, tanto como su corazón medio muerto se lo permitió. Ella misma se había prometido que no volvería a tener ese tipo de relaciones con las personas, no después de lo que le ocurrió con "ese hombre".

Pero Liet era diferente. La quería sin importar el porqué o el como. Y se completaban y entendían mejor que nadie. Sin embargo, la albina aún no sabía exactamente qué sentía por el, pero... siempre se podría intentar, ¿no?

Sonrió levemente, de una forma tímida que no era muy común en ella.

- C-claro, ¿por qué no? Sería un pecado el negarte ser el novio de alguien tan Awesome como yo, kesese~ - rió, esperando que eso lo animara un poco.

Sonrio un poco cuando acepto. Ahora se puso nervioso. Él nunca había tenido novia, era de usar y matar. Se mordio levemente el labio pero luego miro a la prusiana, si era ella, estaba seguro de que seria capaz de hacer muchas cosas que nunca penso, cosas como serle fiel a una sola mujer, a respetarla. Suspiro y le dio un suave beso en los labios.-Eres la novia del lider del clan de asesionos, "La Estrella Negra". Es un honor que ninguna vampira ha conseguido...Mi padre solo se casaba con magas o brujas-rio un poco y sonrio. Volvia a ser el mismo de antes.

¿Por qué no vamos a un sitio más intimo?-le susurro suavemente al oido. Queria hacer "cosas" con Maria, pero queria mucha mas intimidad, muchiiiisima más intimidad.

Rió ante las palabras de él, entre animada y sonrojada. ¿Era así como se sentían las chicas cuando tenían al chico que les gustaba cerca de ellas? Se sentía nerviosa, animada... pero sobre todo, muy feliz. Miró de nuevo a su jefe, comprobando que este no la veía, y con una sonrisa pícara, se bajó del regazo del mago para tomarlo de las manos.

- En la parte de arriba hay unos cuartos para los viajeros - se limitó a decir, esperando que él comprendiera lo que quería decir.

Soltó un par de risitas, para luego comenzar a andar hacia las escaleras que se encontraban al fondo. Subieron en silencio, y ella se encargó de buscar un cuarto que se encontrara desocupado. Cuando lo halló, tomó al otro del cuello de su camisa y lo arrastró al interior de la habitación.

Unió sus labios de una forma entre necesitada y nerviosa. Era su primer beso dónde no tenía que hacerlo para tener algo que comer esa noche o algo por el estilo. Sabía que Liet la quería, y eso le bastaba para ser feliz.

Le sonrio cuando le insinuo aquello que él llevaba buscando desde que la vio en la taberna. Asintio levemente y la siguio, como si estuviera hechizado por el leve contoneo de sus caderas, que le parecia bastante sexy. Antes de entrar en la habitacion le quito una cinta de su vestido, dejando entrever algo de sus pechos. Ató ese trozo de tela a la puerta para no ser molestados.

Le devolvio los besos, con la misma necesidad y torpemente la llevo hasta una cama cercana. Estaban completamente a oscuras, pero podia ver sus hermosos ojos rojos incluso en la oscuridad más profunda. Chasqueo los dedos y sus ropas despareciron. Con un dedo empezó a acariciar su cuerpo desnudo, sintiendo como su vello se iba erizando al contacto con la fria piel de la vampira.

Por su mente pensaba la idea de advetirla que la unica mujer que tuvo sexo con él y sobrivivio dio a luz a Charles, pero no era plan el aguar una fantastica sesion de sexo. La volvio a besar, aun explorando su cuerpo desnudo y esperando que ella hiciera lo mismo con él.-Te amo, no sabes cuanto...-sonrio en la oscuridad y empezó a besar su cuello.

A pesar de estar a oscuras, ella podía verlo perfectamente gracias a sus poderes vampíricos.

Cada músculo, cada cicatriz, cada curva del cuerpo del otro... sus manos recorrieron la piel ajena de forma algo curiosa, a pesar de haber visto a varios hombres en el mismo estado hace años. Notó pronto que la diferencia de temperaturas le afectaba a él, ya que escuchó perfectamente el latir algo acelerado de su corazón. Sonrió levemente, acercándose a él para abrazarlo de las caderas de forma lenta.

- Yo... t-también - susurró. Quería decirle que también lo amaba, pero no estaba lista para eso todavía.

Dejó que él la besara y la acariciara, mientras que sus manos subían al cabello blanco del mago. Enredó sus dedos en este, para luego tirar suavemente. Un par de suspiros placenteros escaparon de sus labios, y a pesar de que ella estaba... muerta de alguna forma u otra, sintió como si su corazón latiese con fuerza contra su pecho. La temperatura del lugar comenzó a crecer, al igual que sus ansias de volverse una con él.

Bajó una de sus manos hasta la entrepierna de su amante, y de forma sutil comenzó a acariciarlo, queriendo que él también comenzara a disfrutar.

Sonrío levemente al notar los fínos dedos de la albina recorer su piel. Se sentía bien, aunque era una sensacion extraña ya que las mujeres con las que se acostaba eran más "cálientes", pero era María, SU María y todo lo que ella le hiciera estaba bien para él.

A la par de que su corazón se alteraba su respiracion se iba agitando. Le excitaba bastante que le acariciara su cuerpo, todo su cuerpo. Jadeaba levementre contra su cuello, mientras dejaba unas más que notables marcas en su perfecto cuello blanco.

Le daba igual donde tocara, aunque fuera en sus partes nobles. Qué disfrutara, él lo haría a su manera. Tras dejarle las marcas que el consideraba suficientes en numero bajo a su pecho, lamiendole todo el escote, intentando no dejar sin acariciar ni una zona, ni una sola.

Llevo una mano a su cara, acariciandole la mejilla con ternura, mientras que con la otra mano acariciaba uno de sus pechos. En el otro estaba él, haciendo circulos alrededor del pezón con la lengua y mordisqueandolo muy levemente.

Sus suspiros pronto pasaron a convertirse en jadeos. La mano que seguía en la cabeza de él lo pegó más a su pecho, casi como pidiéndole más de aquello. Su otra mano, mientras tanto, comenzó a masturbarlo de una forma algo rápida, sintiendo como poco a poco el otro comenzaba a ponerse duro.

Aquello sólo le hizo sonreír, de forma un tanto divertida al saber que él se estaba poniendo así por ella. Debió de admitir que aquello sólo hizo que su ego creciera un poco más, y que su corazón semi muerto latiera tan rápido como le era posible.

Pasó de masturbarle a acariciar la punta de su miembro, para después descender poco a poco hasta llegar a sus testículos y acariciarlos también, con un leve sonrojo adornando sus mejillas por culpa del pudor que aún existía en su cuerpo. Su mano sabía que hacer a la perfección, pero esta vez se encontraba nerviosa ya que lo haría con una persona a la cual realmente quería, y la albina sólo deseaba que él disfrutara tanto como ella lo estaba haciendo en esos momentos.

Sus deseos eran ordenes para él. Mordisquieo algo más hasta que noto como algo liquido se introducia en su boca. Lo saboreo hasta que ese liquido paro. Vaya, a él le gustaba, y eso que era la primera vez que lo probaba. Sus jadeos se convirtieron en pequeños gemidos cuando empezó a masturbarlo.

El que le tocara en esa parte y siendo ella hacia que se pusiera aun más dura, aparte de sus caricias y sus mastrubaciones. Aun faltaba para que eyaculara, pero si seguia asi, sería una de las más placenteras que nunca. Se movio un poco, bajando hacia su ombligo, dejando un rastro de babas por todo su cuerpo. No se entretuvo mucho alli, tenia otros planes.

Con una mano acaricio levemente su entrepierna, pero muy poco, mientras que su lengua estaba cerca de su vagina. No se lo penso mucho, simplemente metio la lengua dentro suya, lamiendo sus otros labios, con delicadeza. Era la primera vez que lo hacia y no sabía si le gustaria.