Another bad hunting (privado)

Ni siquiera se enteró de si la herida seguía doliéndole o no, ella simplemente correspondió instantáneamente y con un poco de torpeza al abrazo del otro, aferrándose con fuerza a él y ocultando el rostro en su cuello, reacia y nada dispuesta a separarse de él. Por nada en el mundo, porque ella era feliz cerca de él; y se sintió como una verdadera tonta por haber tardado tanto en darse cuenta.

Después de un rato, sin embargo, fue como una vuelta a la realidad. Por un momento simplemente se había dejado llevar y dominar por sus sentimientos, como cualquier chica cuyo amor platónico era correspondido. Ahora seguía siendo lo mismo, seguía estando igual de feliz, pero ahora un intenso rubor cubría sus mejillas, avergonzándola. ¿Quién diría que algún día se encontraría así de cerca de Arthur? Más aún, ¿Quién diría que acabarían besándose?

Se sintió extraña, muy extraña. Porque era la primera vez que se desenvolvía con tanta confianza con alguien, nunca antes lo había intentado. Un leve estremecimiento le recorrió la espalda, y ella solo abrazó con más fuerza a Arthur, recostando la cabeza en su hombro, cerrando los ojos. Disfrutando de la cercanía.

-Thanks, Arthur. Siento causarte tantos problemas, y-yo...yo prometo que me esforzaré más por no ser un estorbo-Murmuró, realmente avergonzada. Le había hecho prometer algo a él, y se sentía en el deber de prometerle algo también. Definitivamente no era buena opción seguir resultando un blanco tan vulnerable incluso para los conocidos, y tendría que aprender a defenderse por sí misma.

Jugueteó por un rato con el cabello del más alto, pasándolo entre sus dedos y acariciándolo de manera cariñosa. Luego, después de unos segundos, desvió la mirada un tanto apenada.

-Oh, i'm sorry. Debes de estar muriéndote de hambre, déjame preparar el pájaro que cazaste, ¿Sí?-Dijo, a regañadientes, mientras se separaba con lentitud de él, por más que en realidad quisiese permanecer aún así de cerca de él. No podía acapararlo todo el tiempo, como sus instintos le suplicaban.

Todo se sentía extraño. Pero extraño en una manera que no quería que terminara jamás, como si fuera parte de una especie de sueño. No la soltaba, y no tenía pensado hacerlo en un buen rato, porque se acababa de dar cuenta de lo mucho que había deseado poder estar así. Y ahora todo era realidad. Sin embargo, trataba de no apretarla mucho debido a la herida. Lo menos que quería en ese momento era lastimarla.

-¿Un estorbo? -soltó una pequeña risa, acariciando su mejilla con una mano, sin poder creer que estuviera diciendo eso. Había una enorme lista de personas que consideraba un estorbo, pero definitivamente Alice no era una de ellas, y etaba lejos de serlo-. Jamás vuelvas a decir algo como eso... ¿si?

Cerró los ojos, recargándose y dejando que le acariciara el cabello sin inmutarse por ello. Se sentía bastante bien, y era la primera vez que dejaba que alguien le hiciera algo como eso. Incluso se había olvidado de que estaban en una cueva oscura, resguardándose del peligro de afuera, y que seguramente permanecerían ahí hasta el amanecer. Nada de eso le importaba en absoluto.

-No tienes porque molestarte, yo lo prepararé -dijo, negando con la cabeza. No iba a permitir que su... ¿novia? se esforzara, y menos mientras estaba herida-. No cocino tan mal, y tú estas herida, así que descansa mientras yo me encargo.

La tomó de los hombros y la empujó un poco, para recargarla en la pared de piedra, mientras él se ponía de pie y miraba alrededor.

-Una fogata... Eso es lo que necesitamos.. -murmuró, pensando en si sería seguro salir para buscar algo con qué encenderla. No quedaba otra opción, porque seguro que la temperatura descendería más tarde. No le agradaba la idea de dejarla, pero era necesario-. Enseguida vuelvo, Alice. No te muevas de aquí por nada del mundo, ¿entendido?

La caricia de Arthur en su mejilla resultó de lo más reconfortante, y una pequeña sonrisa volvió a esbozarse en sus labios. Asintió levemente con la cabeza y dejó su mirada fijamente puesta sobre la de Arthur, sintiéndose tan realizada como alguien que acaba de conseguir un gran logro; aunque sin entender por qué.

-It's okay, I will never say that again.-Accedió un poco a regañadientes, aunque completamente consolada respecto a eso. Ser un estorbo era algo que le preocupaba bastante y por tanto le aliviaba en demasía que Arthur le asegurara que no lo era. Aún así, ella misma estaba decidida a no volver a serlo. Esa sería la última ocasión en que alguien tendría que cuidar de ella por un descuido.

Había olvidado por completo el miedo que había estado sintiendo hace unos minutos, al pensar en todos los peligros que podrían estar acechándolos a ambos desde fuera de su pequeño refugio. Pero ya ni se preocupaba, porque al menos en donde estaban se encontraban a salvo. Así que lo único en que quería centrar su atención en ese momento era en la comodidad de Arthur. Fue por eso que hizo un mohín con los labios al escuchar lo que le decía.

- ¡Pero tú ya hiciste bastante por mí! -Protestó, enfurruñada, mientras se cruzaba de brazos con firmeza y desviaba la mirada. Al instante se arrepintió de haber hecho aquellos movimientos tan necios, pues una mueca de dolor se dibujó en su rostro al sentir una punzada aguda en su herida. Trató de aguantarse- Además, no estoy tan herida...yo puedo hacerlo, de verdad.

Se horrorizó al notar que Arthur iba a salir de la pequeña cueva. No pudo evitarlo, por instinto se levantó de golpe con la intención de detenerlo. Mala idea de nuevo, se dejó caer al sentir una punzada peor a las anteriores. Se hizo un ovillo y negó con la cabeza, apretando con fuerza los labios. Luego volvió a estirar las extremidades.

-No quiero que lo hagas, Arthur. ¡Los vampiros y los Lobos ya salieron!. Si lo vas a hacer...por lo menos déjame acompañarte. ¡No puedes simplemente decirme que te espere!