Un paseo especial~ (Privado)

La chica se había puesto un vestido que llevaba mucho tiempo sin usar, era lila y muy ceñido al cuerpo, había quedado de dar una vuelta por el pueblo con... su amiga Karmen, y por alguna razón tenía esa extraña necesidad de verse hermosa, bueno, mas de lo normal, por eso había dejado sus rubios bucles sueltos por la espalda, mientras miraba la luna que se posicionaba en la cima del cielo, reflejando su intensidad sobre ella

-... Podría ser interesante -exclamó mientras sonreía al astro y seguía esperando a la morena, esperaba que llegara pronto, a veces era muy poco paciente, pero aun así tenía muchas ganas de estar con ella

Que podía decir, estaba muy emocionada de poder pasar un tiempo con Fran. No era que me molestara que Maria siempre nos acompañara ¡Era muy divertido estar las tres juntas! Sobre todo cuando haba cerveza o chicos cerca, la cosa era algo de ver.

Tanta era mi emoción que no note que había ido al mercado a buscar algo nuevo para ponerme terminando por comprar un vestido rojo que me llegaba por las rodillas o algo así. Tampoco que por primera vez en mucho tiempo había peinado bien mi cabello castaño para dejarlo medianamente presentable; el era como un ser vivo que tenía bastante carácter era mejor dejarlo ser, pero ese día realmente necesitaba que cooperara. Me sonroje quedamente al notar lo mucho que me estaba importando verme presentable para aquella cita. Riendo quedamente admití para mi misma que aquello era especial así que ¡Estaba muy bien el querer esforzarme!

Antes de darme cuenta del todo me encontraba ya saliendo de mi hogar con camino al punto donde me había citado mi amiga de origen francés. Me sentía otra vez joven e inexperta en el mundo ¡Pero nadie me quitaría la sonrisa que me había regalado aquella invitación de compañía!

Caminaba con tranquilidad, miraba a todos lados observando cómo había pocos seres paseando por aquel lugar. Las estrellas parecían haber cedido su brillo para no opacar a la luna, la cual se mostraba en todo su esplendor sobre el cielo azul que casi parecía un mar de carbón, completamente negro. Tras avanzar más me encontré con Francisse, quien se veía simplemente hermosa con aquel semblante pacifico tan poco común en ella, sin siquiera un poco de inseguridad me acerque. — ¡Hola~! Lamento el retraso— me disculpe tan sonriente como siempre, aun que en comparación con la mayoría del tiempo había llegado temprano.

Escuchó su saludo y tardó varios segundos en poder contestar ¿esa era Karmen? es decir, desde que la vió le había parecido realmente hermosa pero esa vez... simplemente parecía otra, aquél vestido y peinado realmente le sentaban bien, sabía que tal vez se había sonrojado pero decidió restarle importancia. sacudió su cabeza un poco para sacar ese pensamiento y pensó que lo mejor sería decirle una broma, para que no notara su ensimismamiento

- Te tardaste -dijo acercandosele lentamente- así no se trata a una dama mon ami -río un poco pero al ver la expresión en su rostro, la abrazó con ternura -no te preocupes, igual hubiese esperado hasta que llegaras~

No sabía la razón para decir esas cosas, sólo sabía que cuando estaba a su alrededor sólo quería abrazarla, mimarla y un montón de cosas más que procuraba no pensar mucho, porque eran algo confusas, aún así se sentía feliz

- Y bien mi preciosa ¿ a donde iremos? -preguntó con un aire de inocencia

Me deje hacer por Fran, sintiendo el contrate de su piel cálida contra la mía helada, como siempre. —Que hermosa te miras, Fran— halague de buena gana, aun a sabiendas de que Francisse siempre se veía hermosa.

Paseaba la mirada de Francisse a la luna, sin decidirme cual se veía más esplendorosa aquella noche. Pensó por unos momentos antes de proponerle. — ¿Te parece si vamos a cenar?~ – correspondí con ternura aquella sonrisa aun que recordé que no había planeado nada para aquella noche, tendríamos que improvisar.

Caminamos un rato por el lugar, mirando pequeñas luciérnagas aquí y allá durante el camino por un momento me distraje extendiendo mi mano dejando que algunos de aquellos bichitos luminosos se acercaran. Eran adorables a mi parecer. Cuando estos se despejaron volví a tomar a Fran del brazo. — ¡Lo siento!~ ¡Acabo de recordar un buen restaurant! — por un momento lo había olvidado e inclusive me sentí un poco mal de aquello.

Tras ir por el pueblo llegamos a un sencillo pero bonito restaurante italiano, Berwald me había llevado ahí más de una vez y la comida era deliciosa. Al entrar un joven nos recibió con amabilidad de un cliente habitual. — ¡Te encantara este lugar! — aquel restaurante era mi adoración, aun que no tanto como cualquier lugar en el que compartiera con Fran y Maria.

Se sonrojo levemente por el comentario, los halagos nunca le habían faltado y siempre los tomaba bien, pero esta vez se sintió realmente lindo que lo dijera. La tomó de la mano sin importale en lo absoluto el contraste de temperaturas ¡ella era tan deliciosamente fría! todo lo contrario a su persona, que siempre llevaba una temperatura muy alta, si fuera por ella la abrazaría toda la noche sólo para sentirse fresca... y por que le gustaba tenerle así, pero no debía controlarse, mejor simplemente caminaba de lo mas despreocupada junto a su mano.

Los insectos eran un tanto molestos pero, al iluminarles el camino, sintió que eran una ternura de cositas, parecían luces mínimas que guiaban su camino, escuchó el entuciasmo repentino de la española en ir a un restaurante en específico, no se extrañaba que se le hubiese olvidado, parecía ese tipo de personas, así que asintió sonriendo pensando que sus reacciones eran muy tiernas -Bueno, confío en tu gusto querida, estoy segura de que seguro es delicioso, vayamos entonces -a decir verdad llevaba semanas sin comer más que no fuesen venados y conejos, un oso también por pura y mera diversión, no le sentaría nada mal algo de comida "normal" de una vez en tanto.

Miro hostilmente al muchacho que abrió la puerta ¿que por qué? muy sonriente a su parecer, pronto sacó ese pensamiento de su mente, tal vez estaba enloqueciendo, y le dejo que guiara tanto a ella como a su acompañante a una pequeña mesa para dos ¡vaya que eso era lindo! no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro.

- Comida italiana... -exclamó por lo bajo, era deliciosa, no tanto como la francesa que tanto le gustaba, pero no iba a quejarse, algo de pasta le sentaría bien -Quisiera una pasta a la bolognesa -ni siquiera dio muchas vueltas al menú, pediría esa porque era su favorita, luego observó a la morena aun sonriendo, animandola a escoger también.