Moonlight~ (Libre)

- Descuida, no desapareceré, aún tengo asuntos pendientes - sonrió, refiriéndose a su hermano perdido.

Aunque quien sabe, tal vez podría morir mañana o dentro de una semana. Con todos esos caballeros tras los vampiros, corría mucho peligro... Además de que su hermano era uno de ellos. Y no sabría como reaccionaría en cuanto le viera. ¿La querría matar? Negó con la cabeza, y cuando volteó a ver nuevamente al chico, notó que ya no era "Thoris", sino "Liet". Sonrió un poco.

- Bienvenido de regreso - le dijo, para después ser abrazada- Me cayó bien, es muy amable -sonrió aun más, para después sentir los labios de él sobre los de ella. Se apartó un poco, con las mejillas sonrojadas y mirándole confundida - A-ah... ¿E-está bien que los a-amigos se besen siempre...? - preguntó, confundida.

Asintió ante la pregunta del chico. Claro que recordaba a sus "padres", los esposos Louisan. Las personas más buenas que jamá pudo haber conocido. Sonrió un poco meláncolicas al recordarles; siempre tan felices, educándole lo mejor que podían, amándola a pesar de que no eran familia de verdad...

- Y-yo.... yo... no sé -bajo la mirada, apenada-. Daría mi vida por mis amigos, puesto que sé que ellos también lo harían por mí, ya que me lo han demostrado en más de una ocasión -sonrió de lado-. Tal vez les ame incondicionalmente, pero... a-a ti también te quiero, pero... no creo llegar a amarte como se debe de amar a una pareja. No estoy lista para una relación. No aún - se separó de él, levantándose del suelo y retrocediendo un poco -. L-lo lamento...

Se sintió un poco mal al escuchar al chico. No es que no quisiera amarle, pero tenía miedo de hacerlo. Ya se había enamorado una vez y le habían abandonado; y aunque sabía (o más bien, algo le decía) que Liet nunca le dejaría, aun así existía ese temor en su corazón. No quería volver a quedarse sola.

Sonrió un poco, tratando de relajar un poco la situación.

- C-claro que lo está -murmuró, tratando de sonar contenta, a pesar de que la tristeza le embargaba-. ¡Y-y descuida, trataré de no ser una carga para ti ni para Thoris!

Agitó la mano de arriba hacia abajo, mientras que sonreía un poco apenada.

- No te preocupes por la sangre. Cazo tres o cuatro veces a la semana, dependiendo de mi hambre - se sonrojó al decir eso, para luego reír un poco ante la pregunta del chico - Y sí, puedo comer comida humana, aunque... esta no me satisface, es como si tomase agua o algo así -no sabía explicarlo mejor.

Se le acercó un poco, sonriente, mientras que le miraba fijamente a los ojos.

- Me "muero" por probar tu comida, Thoris - dijo, esperando a que este le escuchara estuviese donde estuviese.

Sonrió un poco, apenada. Cuando el castaño le revolvió el cabello, no pudo evitar sentirse como una niña pequeña otra vez. Por un momento se vío a si misma, con unos diez años menos y enfrente del hombre al que ella siempre llamó (y llamaría) papá. Éste le había comentado lo linda que se veía con su nuevo vestido, y le había revuelto el cabello de manera cariñosa.

Sonrió triste ante ese recuerdo.

- ¿Cualidades mágicas? -ladeó un poco la cabeza, curiosa- ¿Me saldrán alas o algo así? -bromeó, divertida.

Se sonrojó un poco ante las atenciones que le daba el chico. Bajó la mirada, algo avergonzada, y se rascó la nuca.

- He-hem... no tienes que tomarte tantas molestias, de verdad - le volteó a ver con una sonrisa tímida -. P-puedo comer lo que sea, con o sin sangre. Que sea vampiro no significa que mi dieta sea estrictamente de líquido rojo -bromeó, mientras que colocaba sus manos a ambos lados de su cadera.

- ¿Ah, sí? - ladeó la cabeza, algo confundida - ¿Cómo que "trato" especial?

Se imaginó por un momento un bufet de "todo lo que puedas comer", salvo que esta vez era con diferentes humanos. Casi como si fuera una selección de vinos. Rió un poco ante ese pensamiento, para luego sonreírle ampliamente al chico.

- Si abres el restaurante, ¿puedo ser una de las meseras? - preguntó.

Rió más al escuchar el entusiasmo del chico con respecto al tema del restaurante. Sin embargo, cuando escuchó el último comentario, sus mejillas tomaron el mismo color que sus ojos y apartó la mirada.

- Hum... no es necesario que se preocupen tanto por mí - explicó- Y-ya soy un poco mayor, y sé cuidarme a la perfección - sonrió de lado, algo avergonzada.

Su rostro mostró una mueca de trsiteza al escuchar lo dicho por el chico. Algo dudosa, llevó una mano al hombro del castaño, sólo para darle un par de palmaditas.

- Y-yo... ¿no conoces a tu madre? - preguntó, tratando de ser lo más sensible posible. Lástima que no supiera como - Yo... err... sé lo que sientes con eso... creo. La mujer a la que yo llamo madre en realidad no fue la persona que me mantuvo en su vientre. Mi verdadera madre no sé dónde está, si sigue con vida o no... -bajó la mirada- Pero no creo que debas de sentirte mal por eso - dijo, apenada. No entendía porqué le decía todo eso a Thoris, lo más seguro es que él no se sintiera triste.

Se sintió un poco tonta por decir todo ello, así que optó por cambiar el tema.

- ¿E-el sueño de tu vida...? ¡Me alegro de que así sea! - sonrío algo sonrojada -. Cuenta conmigo para lo que necesites.

Sonrei, no me importunaba para nada, ademas, algo debo agradecerla. Tal vez si no me hubiese abandonado, hubiera muerto hace tiempo.
-Creo que lo del restaurante no sea tan buena idea, prefiero cocinar para la gente conocida o que sepa pareciar mi comida-Sacudi la cabeza, casi nadie sabia apreciar la comida, simplemente la deboraban.
"Oye, que yo la deboro por que me gusta, maldicion"
"Pero luego no agradeces nada"
Mire a Maria, si no fuera por su pelo desarreglado, tal vez estaria algo mas presentable
-¿Quires que te ayude a areglarte? Tal vez te podia ayudar a peinarte y todo eso ya que tu....bueno, no tienes reflejo-Me sentia un poco incomodo con esto, no me gustaba encharle en cara que era una vampira

(OFF:Ettto, ¿por que contesto ahora, despues de tanto tiempo? Llamalo aburrimiento si quieres^^)

Le volteó a ver, enarcando una ceja por la sorpresa. ¿Tan desarreglada se veía? Rió un poco, algo avergonzada, mientras que se volvía a sonrojar y jugaba con uno de los mechones de su cabello. Su madre le había enseñado a estar siempre presentable, pero desde que se había vuelto vampira realmente se le había olvidado todo eso.

- Si no es mucha molestia... - sonrió ampliamente, como si de una niña pequeña se tratase.

Todo pasó tan rápido que logró dejarla confundida durante un rato. Aún así sonrió, y movió la mano en forma de despedida en cuanto Liet se fue corriendo.

- Claro~ - canturreó contenta, mientras que se quedaba lo más quieta posible. Aun así, aquello no era nada difícil puesto que su condición vampirica le hacía parecer a veces una estatua. Se dejó hacer por el otro, mientras que sus ojos se centraban en el reflejo de la luna sobre la superficie del agua -. Es muy raro que me arregle como toda una señorita - confesó -. Desde que me convertí en vampira, todos los hombres caen rendidos ante mí, sin siquiera proponermelo. Es por eso que ya casi ni me fijo en mi aspecto personal.

Se giró levemente para verle, aprovechando que estaban relativamente solos.

- ¿Liet es tímido? - preguntó, curiosa.

Rió un poco, mientras que hacía lo que el otro le pedía y se volteaba para dejarse hacer.

- De acuerdo, no diré nada - asintió, para luego mirar sus reflejos en el agua... o bueno, el reflejo de él. Por un momento recordó su infancia, cuando aún era humana. Recordaba cuando se veía todos los días al espejo y trataba de hacerse un peinado decente.

¿Seguiría teniendo el mismo aspecto de ese entonces? ¿Sus ojos seguirían igual de rojos? Volteó a ver al castaño a los ojos, totalmente seria.

- ¿Cómo luzco? - quiso saber. Tenía tiempo sin ver su rostro o su aspecto que temía que sus recuerdos fuesen simples imágenes creadas por ella.