Pavydas [Privado Einar]

Dejo que el viento le removiera el pelo. Hacia tiempo que no salia de casa y habia aprovechado la luna llena para hacerlo. El motivo por que el que no habia salido en todo este tiempo era simple, intentar entender todo lo que Tayrus le conto. Si, Tayrus, no Liet como se habia acostumbrado a llamarle. Ellos en un principio habian sido dos, pero Tayrus murio, tal vez porque su madre no podia con los dos gemelos, pero por algun motivo,el alma Tayrus acabo viviendo en su cuerpo.

Ahora que los dos lo sabian les parecia extraño, aunque su relacion no se habia visto afectada por eso. Todavia le seguia molestando, aunque sus poderes habian aumentado y ahora podia hacer cosas que antes no podia, como ver fantasmas. Sonrio al recordar su reacción cuando vio por primera vez a Charles, su sobrino, sentado en una de las sillas de la casa. Aunque llevara muerto 50 años lloro en silencio, Tayrus nunca debio hacerlo, nunda debio experimentar con su hijo, pero ya era tarde para remendar el pasado.

Ahora mismo el duo estaba en un pueblo perdido jugando a asustar a la gente con un espejo encantado, bueno, si se lo pasaban bien, mejor para ellos. El auillido de un lobo le saco de sus pensamientos. En teoria estaria en peligro ya que un lobo le podia atrapar, pero no le preocupaba. Podia huir cuando quisiera, además de que estaba en la parte más alta de un árbol.

Sonrio al recordar cuando era pequeño y escuchaba desde la cabaña el aullido de los lobos. Se sonrojo un poco cuando evoco a su memoria aquella pequeña demostracion de lo que era un lobo a Tayrus y empezó a aullar para enseñarselo. En aquel momento le hubiese gustado ser un hombre lobo de verdad. Además en el pueblo se hacian festivales cada luna llena para celebrar que no habia habido victimas.

Hombre lobo. Para él significaba ser libre, poder ir a donde quisiera, cuando quisiera. Estar sin ataduras, no deberle nada a nadie. Por eso envidiaba a Einar. Le hubiese gustado olvidar todo, crear su propia historia desde cero, pero no podia quejarse, el Señor habia determinado asi su destino. Aunque habia tenido la posibilidad de transformarse en lobo en su juventud y tenia ganas de hacerlo, era mala idea el hacerlo en luna llena.

Se incorporo y se puso la capucha de la capa. Era de un blanco tan puro que parecia brillar al reflejarse con la luna. Había ido al bosque solo con un motivo, entrenar. No iba a matar humanos, si no iba a practicar sus movimentos con animales, para saber si era capaz de deslizarse rápido como la luz. Dio un último vistazo a la luna y desaparecio en lo más oscuro del bosque.

Apresuro el paso para salir de la zona, era noche de luna llena y podía sentir la llamada de la luna, la llamada del astro que le urgía a tomar su forma lobuna y corretear por entre los árboles, a buscar presas hombres o animales, la especie no importaba, lo unico que interesaba era el arte de asechar.

Alentizo sus movimientos poco antes de llegar a un claro, sus sentidos complatemente alertas a los sonidos a su alrededor, a cada pequeño movimiento que pudiera producirse, los segundos que tomaba su transformación eran en los que más vulnerable se encontraba.

Soltó un gemido de dolor que se volvió en un aullido conforme su cuerpo iba cambiando, una de las inconvenciencias de ser un lobo "hecho" y no "nacido", normalmente no era doloroso, pero la luna llena siempre lo volvía más salvaje, como si su lado lobuno quisiera tomar el control por completo, a pesar de que solo una vez lo había logrado.

Alzó el hocico al cielo y solto un nuevo aullido, diciendole a la luna, al bosque que su transformación estaba completa. Empezo a vagar sin un rumbo fijo, simplemente corriendo, dejando que su lado más salvaje tomara el control sin cederlo por completo, como un caballo al que pese a las riendas se le deja escoger el camino.

Un ruido llamo su atención y se encamino hacia alla, el olor a magia le cosquilleaba en la nariz, un aroma sorprendentemente familiar, un aroma que incluso el lobo reconocía. Se agazapo entre los matorrales, asechando, observando, esperando el momento justo para atacar, sus patas no emitian ni un sonido sobre el suelo humedo.

En el momento menos pensado se lanzo sobre el humano que estaba ahí y le arranco la capucha blanco brillante, deteniendose a unos pocos metros de el, mirandolo fijo y soltando sonidos que más parecían los ladridos de un perro jugueton que otra cosa. Y es que el olor que desprendia la capucha era demasiado familiar para ser desapercibido, incluso por su lado más salvaje y primitivo, lo reconocreía donde fuera.

Fue saltando de rama en rama hasta que encontro una presa con la que podia empezar a practicar. Era un ciervo que estaba pastando tranquilamente. Era perfecta, ya que estaba sola, eso facilitaba sus movimientos y no tener que concentrarse en nada más que esquivar los arboles que había al otro lado. En un salto silencioso bajo del arbol y se situo entre dos arboles, quedando lo más quieto posible.

Aquel que le viera ahora con aquella porte pensaria que era un caballero. Y asi fue durante unos brevisimos 5 segundos Fue sometido a grandes entrenamientos para intentar optar a un puesto, pero el dia de la prueba la fastidio, pero bien, si no hubieran fingido su muerte, a estas horas si que estaria muerto, sobre todo con todos los cabelleros del antiguo rey pisandole los talones.

No, ahora no podia pensar en eso, en eso ni en su pasado. Estaba de caza, solo debía centrarse en eso. Se concentro en el animal, hasta casi sentirse como él. Desde la distancia en la que estaba podia oir perfectamente el sonido de su boca al masticar, como sus pulmones se llenaban de aire, como sus patas se tensaban, como su corazón bombeaba sangre. Eso era lo que más le interesaba. Se concentro en el cuello, asi moriria tranquilo, y él no se mancharia de sangre si encontraba el punto adecuado. Cuando lo encontro desenvaino la espada y empezo a concentrar un pogo de su energía mágica para poder moverse rápido como el viento..cuando fue atacado por la espalda

Estaba tan concentrado que se había olvidado que él no era el máximo depredor en ese momento y podia ser atacado, como acababa de pasar. En su mente sonaban regaños de Tayrus diciendole que deberia ser más cuidadoso, ¿Lo estaba imaginando, lo recordaba o verdaderamente se lo estaba diciendo en ese mismo momento? Lo unico que se le ocurrio en ese momento fue cerrar los ojos y rezar al Señor para que el animal se lo comiera rápido y la regeneración funcionara aunque le hubisen arrancado media pierna

Cuando noto que estaba vivio y que no le faltaba nigun miembro se levanto y defendiendose con la espada se giro hacia lo que le había atacado. Se le quedo mirando sereno, en silencio y muy, muy despacio, empezó a bajar la espada, hasta situar la punta de la hoja en la hierba. Normalmente se alegraria del verle, pero esta vez no era asi.Se mantuvo serio, demasiado para su costumbre-No me parece bien lo que has hecho

Solto un aullido corto, casi como una risa, lo había sorprendido y eso le hacía gracia... sacudio un poco la cabeza, zarandeando la capa que sostenía aun en el hocico y luego se sento sobre sus cuartos traseros mirando con curiosidad como se ponía en pie, buscando al posible enemigo.

Le regreso exactamente la misma mirada que estaba recibiendo, a el si le parecía bien, es más le parecía gracioso, y no lo iba a sacar de lo contrario. Solto la tela y volvió a ponerse en pie gruñendo ligeramente y erizando el pelaje del lomo ante el regaño. No dejo de verlo fijamente, lo conocía y sabía que clase de cosas podía hacer.

Dio un par de pasos hacia el frente nunca perdiendolo de vista y sin bajar los pelos del lomo, la cola tiesa hacia arriba y as orejas paradas, en completa actitud de alerta...

¿Con que queria una pequeña pela? ¿Quien podria negarse a eso? El por lo menos no, eso de poder poner a prueba sus habilidades con alguien que no fuera cierto protestón le resultaba algo tentador y ahora que tenia la oportunidad no iba a desaprovecharla. De buenas a primeras empezo a ocultar su esencia y su olor con magia. Si con la vampira había servido, ¿quien le decia que con él no seria lo mismo?

Tomo aire y empezó a cambiar la espada de una mano a otra mientras intentaba encontrar la posición de ataque que más le convenia en este momento. Ahora mismo no se lo tomaba como un juego. Sabia que se jugaba la vida con esta batalla y que solo uno de ellos saldria con vida. Vale, exageraba demasiado, pero asi era Thoris con una espada. Todo era a vida a muerte, su honor se veria manchado si no vencia, pero sobrevivia, asi es como tu enemigo te humillaba, donde no te quedaba mas remedio que el suicidio. Tecnicamente no podia acabar con su existencia pero si con "Thoris"como individuo.

Sacudio la cabeza repetidas veces. ¿En que pensaba? No iba a perder. Era la esperencia contra la fuerza salvaje. Y no iba a salir perdiendo, no debia ni siquiera pensarlo. Con la mano que tenia libre le hizo una seña para que se lenzara contra él. Estaba listo para combatir cualquier embestida de cualquier fuerza que se lanzara contra el. Y aunque fuera su hermano, no iba a tener piedad con él, si moria en el combate, mala suerte, que no se hubiera atrevido a desafiarle

Dejo salir un gruñido de advertencia, su lado más salvaje casi tomando por completo el control de sus acciones, eso no implicaba tampoco que estuviera fuera de control, simplemente estaba confiando en sus intintos de lucha, la genetica que le habían introducido por fuerza y que le mandaba como actuar en estas situaciones era ya una parte de el mismo.

Se acerco solo un par de pasos más, observandolo fijamente, era conciente de que era su hermano y al mismo tiempo era un enemigo, era increible lo que el olor de una persona podía decir de la misma. Se giro apenas un poco para caminar a su alrededor sin perderlo de vista ni dejar muy expuesto du cuerpo, siempre lo más de frente posible, buscando un punto débil por donde atacar.

No iba a lanzarse como un idiota, quien pensara que todos los lobos hacian eso estaba tremendamente equivocado... algunos lo hacían, sobre todo aquellos que perdían el control de sus emociones, pero el no era de esos... y si bien tenía una apariencia tranquila, además de la sangre y los intintos del depredador, tenía muy oculto en sus memorias las enseñanzas del lugar que le vio nacer.

Se detuvo por un costado, estaba seguro que el otro no le dejaria seguir rodeandolo hasta que llegara a su espalda, y que desde su posición podía verlo aun... evaluo sus opciones rápidamente sin dejar de verlo fijamente, solo lanzarse era muy arriesgado.

Le observo acercercarse y eso hizo que una sonrisa aflorara en su rostro. No era para nada una sonrisa afable ni nada por el estilo, era una sonrisa altiva, de aquel que se tiene demasiada autoconfianza y en verdad la tenía, no tenia miedo a lo que pudiera pasar, había calculado casi todas las opciones que tenia y casi todos sus movimientos.

Movio la espada, templandola intentando encontrar una nueva posicion, aunque no se movio, simplemente le siguio con la mirada, simplemente por hacerle el favor, podia saber perfectamente donde estaba sin nisiquiera mirarle, pero le parecia de mala educacion el mostrarse tan seguro.

Se aparto un poco el pelo, para que no le molestara a la hora de la batalla.-Si tardas más, se acabara la noche.-Si hubiese querido un duelo rápido, hubiera atacado el primero, pero queria darle al otro la oportunidad de que luchara para defender su vida y proporcionarle algo de diversion.

Solto un gruñido a sus palabras, estaba tratando de provocarlo y lo sabía, lo peor es que lo estaba logrando, tanta seguridad le ponía los pelos de punta, casi literalmente, pues el pelaje de su lomo se erizaba más a cada momento, seña de su molestia; sus labios se levantaban mostrando los blancos colmillos listos para atacar.

Bien, se estaba cansando de eso, sabía que noe ra lo más prudente, pero en verdad iba a terminarse la noche si no hacía algun movimiento. Dio una profunda inspiración antes de lanzarse hacia el, golpeando sus rodillas con su costado para hacerle perder el equilibrio y caer, manteniendose lo suficientemente alejado de sus manos y sin perder de vista la espada para poder esquivar su golpe de ser nesesario.