Recorriendo el bosque (libre)

Decidió dar un paseo por el bosque, ya el sol estaba oponiéndose tras las montañas, no era si actividad favorita pero era necesario, tenía que encontrar algunas hierbas y otras cosas para una poción, mas que poción era una medicina, así que no le quedaba de otro

- Estar solo es tan aburrido -suspiro mientras se adentraba más al bosque, no podía percibir nada, pero aquél pueblo era muy extraño y realmente no tenía todo claro. Aunque podía sentir como alguien estaba muy cerca de allí con un paso tan seguro que podría decirse que lo seguía, decidió acelerar el paso, no tenía ganas de enfrentarse con nadie en esos momentos.

Acababa de darse una buena merienda, y el sol ya se ocultaba. Sonrió ligeramente, mientras que aceleraba el paso y se internaba más en el bosque.

Tarareaba una pequeña canción que su madre le había enseñado de pequeña, hasta que sintió otra presencia que le hizo ponerse los pelos de punta. Un hechicero. Alerta, comenzó a seguirlo, mientras que la adrenalida recorría cada parte de su cuerpo. No quería luchar, pero tampoco quería que le atacasen de sorpresa... además de que se le hacía extraño ver a algien deambulando tan tarde en el bosque.

Se ocultó entre unas ramas, mientras que miraba atentamente al chico. No le parecía alguien malo, pero era mejor no bajar la guardia.

Podría haber jurado que escucho una voz, se tenso un poco, definitivamente estaba siendo seguido

Instintivamente toco la cruz con su mano derecha, no sabía que podría ser exactamente pero el estaría preparado, aquél bosque no era de fiar le había dicho su madre hace mucho tiempo, debía andarse con cuidado

Se adentró mas en el, sabía que lo mejor era ocultarse en la espesura del bosque, allí si algo pasaba nadie lo notaría, en parte era beneficioso, pero por otro lado era incluso mas peligroso

La presencia lo seguía, no estaba seguro de que podría ser... pero se sentía helada, no era para nada humana

Siguió siguiendo al chico. Ahora más por curiosidad que por otra cosa.

Saltaba de rama en rama, sin hacer ni un sólo ruido gracias a su condición vampírica. Sonrió divertida, sintiendose como toda una cazadora, aunque en realidad no quería hacerle daño al chico. Maldijo un poco cuando uno de los mechones de su cabello se atoró en una rama. Tal vez ese era uno de los motivos por el que se lo cortaba constantemente...

Cuando regresó su vista hacía el muchacho, notó que ya no estaba allí. Confundida, dio un paso hacia adelante... sólo para resbalarse de la rama donde estaba y caer estrepitosamente hacia el suelo. Fue una suerte que habajo hubiera arbustos, o de lo contrario habría sido una dolorosa caída.

- ¡Auch...! -murmuró, mientras que se sobaba la cabeza. Bien, ya había perdido el factor sorpresa, puesto que dudaba que el chico no hubiera escuchado tal golpe. Se puso alerta, a pesar de seguir un poco mareada por la caída.

Escucho tras de si un estrepitoso ruido, volteó y vio como una chica caía en unos arbustos... momento ¿que hace una chica allí?

Tal vez, era ella la presencia que había estado sintiendo, lo que lo seguía, sus sentidos no estaban del todo desarrollados para saber a ciencia cierta que era ella, podía ser un montón de diferentes criaturas

Pero ella era muy hermosa, así que no podría dejarla así, eso no es digno de un hombre, corrió hacia el arbusto y le extendió su mano

- ¿Estas bien? preguntó con un ademán de preocupación, ya si ella no era de fiar, vería que hacer, pero por ahora solo podía ayudarla

Aún un poco mareada, volteó a ver al chico que le hablaba. Se sonrojó un poco, y sonrió de lado.

- ¿Eres un ángel~? -preguntó, aturdida.

Aceptó la mano que el chico le tendía, poniendose de pie con algo de torpeza. Se sobó la cabeza, la agitó y logró pensar con más claridad. Rió un poco, apenada, mientras que se rascaba la mejilla. Aquel chico no parecía malo, es más, se veía tierno. Aunque aún así, había algo en él que le hacía mantenerse alerta.

- L-lamento asustarte -le dijo, sonriendo de manera inocente-. Estaba jugando en los árboles y me resbalé. Me llamo Maria -le tendió una mano a manera de saludo.

Le sonrió, ella se veía un poco desprevenida, por alguna extraña razón le recordaba a su madre

Maria, lindo nombre -la levanto -yo soy Tino, es muy peligroso que andes jugando en el bosque a estas horas ¿sabes?

vio como ella limpiaba su vestido, era completamente adorable, tal vez si lo se hallaba extraviada podría acompañarla, ya lo que necesitaba buscar podía quedar pendiente para otro día

Rió un poco ante el comentario del chico, mientras que terminaba de quitarse las hojas de su ropa y de su cabello.

- Un placer, Tino -sonrió- Hum~ Sí, tal vez sea un poco tarde, pero sé cuidarme. Descuida, no me pasará nada -se cruzó de brazos e infló el pecho, queriendo mostrarse más valiente de lo que se veía.

Realmente, ella no tenía nada de que preocuparse, siendo vampira. Pero sabía que no debía de decirle nada al chico de su condición. No estaba segura de si era un caballero o algo peor. Le miró fijamente, sin peder aquella sonrisa amistosa.

- ¿Y tú que haces por aquí? -le preguntó, curiosa.

Pues yo.... dudo un momento, pero contesto la mitad de la verdad -Busco algunas cosas que necesita mi padre, pero supongo que ya las encontraré en otro momento

Le extendió el brazo indicandole el cendero hacia el pueblo - Entiendo que puedes cuidarte sola, pero no me perdonaria dejar a una chica en el bosque a una hora de distancia del pueblo ¿quisieras que te acompañe?

Negó con la cabeza, sonriendo.

- D-descuida, no es problema, yo... -se rascó la nuca- No vivo en el pueblo -le dijo.

¿Qué haría? No podía ir al pueblo, allí había caballeros, los cuales no dudarían en matarle si sabían su verdadera raza. Rió un poco, tratando de no sonar fingida.

- ¿Y-y-y si mejor te ayudo a conseguir lo que tu padre quiere? -se ofreció, sonriente.

Con que no era de aquí.... ok, eso era muy sospechoso, pero a él tampoco le apetecía ir de regreso al pueblo porque seguramente los caballeros estarían acechándole, últimamente podrías decir hasta que huelen la magia, por lo que se limito a suspirar

Bueno si eso quieres... pero cuando acabemos déjame acompañarte a donde debas ir ¿esta bien? no me sentiría bien conmigo mismo si te dejo sola

¡Demonios! ¡¿Y ahora qué haría?! No tenía una casa a la cual ir en caso de emergencias, y la de Lovino quedaba descartada. Se sonrojó un poco, sin querer parecer nerviosa y asintió.

- No tienes que preocuparte, de verdad... - puso su mejor cara de inocencia-. Yo sería la que estaría más preocupada, vivo en el centro del bosque. Y si me acompañas, podría pasarte algo malo cuando te regreses -ladeó un poco la cabeza- Si quieres, cuando terminemos de buscar lo que necesitas puedes dejarme en el Lago, sé como regresar a casa y a ti no te pasará nada.

Le parecía raro que una chica se preocupara por él, pero podía notar por su aspecto que era honestas, asi que sonrió lo mas que pudo, un poco divertido

Bueno chica del bosque, entonces te acompaño sin falta después de buscarlo ¿te parece?

Asintió, para luego tomarle de la mano y señalar hacia adelante, entusiasmada.

- Entonces, ¡andando! - dijo, decidida.

Comenzó a guiar al chico por el bosque, mientras que silbaba una pequeña melodía que su padre le había enseñado. Tan concentrada estaba en la música, que tardó en darse cuenta de un hecho muy importante... No tenía ni la más remota idea de qué era lo que buscaba el rubio.

- Ah... esto... -se detuvo y le volteó a ver- ¿Q-qué era lo que buscabas...? -se rascó la mejilla, apenada.

Se sonrojo un poco al contacto pero no le dijo nada, solo sonrió

Se preguntaba hacia donde lo llevaría hasta que vio a ella misma con la misma interrogante, no pudo evitar reír, era una chica realmente adorable

Ja ja, pues son unas hierbas verde-azuladas que se encuentran en aquella dirección -señaló la dirección contraria a la que seguían -están mas o menos a unos 20 minutos de profundidad caminando, bueno, así fue la última vez que vine

Asintió nuevamente, para luego sonreír.

- ¡Andando! -le dijo, mientras que comenzaba a caminar hacia la dirección que le había dicho Tino.

Siguió caminando, sin perder de vista al chico. Realmente esto era muy emocionante, más que ir de caza o escapar de algún caballero. La duda del porqué el padre del chico querría aquellas plantas asaltó su cabeza, pero la deshechó rápidamente. No quería meterse en cosas que no le convenían, aunque sí podía ayudar.

Tan concentrada estaba en sus pensamientos, que no notó que la tierra estaba húmeda y resbalosa. Pisó mal y cayó de sentón, pero como ya se encontraban en una pequeña bajada, no pudo evitar deslizarse por la colina.

- ¡Kyya! -gritó, hasta que logró aferrarse de un árbol que había por allí, asustada.

Vio como la chica rodaba cuesta abajo sobre su parte trasera, salió corriendo tras ella hasta que pudo alcanzarla cuando paro en un árbol, su vestido y su cabello estaban completamente lleno de hojas

- ¿¡Maria estas bien!? exclamó preocupado, Dios, ¿como una chica que se veía tan fuerte podría resbalarse así? Ven, sujetate -dijo mientras le extendía un brazo, era mejor ayudarla a caminar ¿estas segura de que quieres seguir?

Realmente, a veces dudaba ser una vampira verdadera. Los vampiros se caracterizaban por su elegancia al caminar y su perfecto equilibrio. Ella no lo tenía, ¿y aún así se consideraba una hija de la noche?

Seguía aferrada al tronco del árbol como si fuese un gato, hasta que la voz del rubio le llamó la atención. Se sonrojó un poco al imaginarse cual sería su aspecto. Sonrió un poco, nerviosa, mientras que aceptaba su mano y con movimientos torpes se levantaba del suelo.

- S-sí, estoy segura -dijo, sonriendo con pena. Se quitó unas cuantas hojas del cabello y se sobó un poco el trasero. Realmente había sido una caída fea.

Siguió andando, ayudándose gracias a la ayuda del muchacho. Si algún otro vampiro la veía, lo más seguro es que se burlaría de ella. Bufó un poco molesta ante esa idea.

- Y dime Tino~ -le habló, queriendo romper aquel silencio -. ¿Estamos muy lejos todavía? -ladeó la cabeza, curiosa.

Sonrió ante el comentario

Mmm como a unos diez minutos mas o menos, llegaremos cuando empieces a ver ciertos musgos azules en los arboles -la alzo un poco mas del hombro Aunque si estas cansada, podríamos sentarnos si quieres

Negó con la cabeza, sin perder la sonrisa.

- Descuida, no estoy cansada - le dijo. No faltaba mucho para la media noche, y a esa hora era cuando sus sentidos despertaban por completo. Miró al chico, preocupada - ¿Tú estás cansado? -le preguntó - Si es así, hazmelo saber -sonrió.

Siguieron caminando, esperando a ver el musgo azul.

Muy bien -sonriente le encamino dentro y siguieron

El bosque ciertamente estaba muy denso y oscuro, la visión era algo difícil pero aun podía observar gracias a que la luna brillaba con gran intensidad esa noche, de repente encontró lo que buscaba, un musgo de color azulado acompañado de uno verde y amarillo se abría paso por los arboles, y gracias al brillo de la luna y las luciérnagas, ciertamente hacia encantador aquel paisaje

¿Maria puedes verlo? esos son, los que se ven allí brillantes -dijo señalando los arboles

Observó curiosa al lugar donde el chico le mostraba. Nunca había visto algo parecido en toda su vida (la cual, realmente era muy corta).

El color de aquellos musgos resaltaba gracias al brillo de la luna y de las luciérnagas, dándoles un aspecto irreal. De otro mundo. Rió un poco, puesto que lo que ella era realmente tampoco era de ese mundo. Sin darse cuenta, ya se había acercado a uno de los árboles para poder mirarles mejor. Eran muy bellos.

- Son hermosos... -comentó, mientras que le volteaba a ver.

Sin embargo, fue hasta ese momento en el que se dio cuenta de la realidad. La luz en el lugar era suficiente como para darle sombra a todos los objetos que habían alli; a todos, menos ella. Sintió que se helaba, al mismo tiempo que volteaba a ver al rubio. ¿Se daría cuenta de que no poseía sombra? ¿De que era... una vampira? Sudó frío, y esperó alguna reacción por parte del otro...

Si lo son -y poderosos, pensó el chico en su interior

Se posiciono al lado de la chica a recoger el musgo en una pequeña bolsa, observo como esta se tensaba tratando de ocultar algo, el lo entendía, lo sabía desde que la vio pero no podía comprobarlo, ahora que podía notar su actitud todas sus dudas podrían despejarse

Maria, se que eres, no estés tensa -dijo cuando acabo -no te haré nada, tu raza no es algo que me moleste, de hecho me caes bien -dijo mientras sonreía a la estupefacta chica

- ¿A-ah? -logró decir, mientras que parpadeaba aturdida. Miró fijamente al chico, aun sin entender cómo es que se había enterado de lo que realmente era - ¿D-de verdad no te molesta? -preguntó, para luego sonrojarse un poco ante lo último y desvíar la mirada, avergonzada- T-tú... también me caes bien, Tino -admitió.

Se agachó para quedar a su misma altura, mientras que observaba detenidamente la bolsa donde había guardado aquella planta.

- Y... supongo que tú no buscas esto para tu padre, ¿cierto? -le miró fijamente- ¿Eres un mago?

De verdad, en lo mas mínimo -rió un poco y la miró a los ojos -No te mentí, si son para él, las necesita mas de lo que cree -dijo cerrando los ojos -si soy un mago ¿tanto se nota?

Amarro la bolsa a un lado de su pantalón y la miro de nuevo -Bueno, supongo que ninguno de nosotros es bueno ocultando cosas ¿no crees? -rió disimuladamente mientras le miraba