La tumba maldita(libre)

Había vuelto, después de prometerme a mi mismo un millon de veces que no lo haría pero, este lugar, bueno más concretamente esta tumba me llamaba con una fuerza implacable. Empezaba hacer frío asi que me puse bien la capa.
-Vaya, se esta levantando el aire.-Me dije a mi mismo.
El pelo castaño me tapaba la visión, mejor, no tenia ganas de ver el nombre de la lápida, Felisa Lukasiewicz. Me rio de mi mala fortuna,¿por que siendo inmortal me tengo que enamorar de una sola persona?
Mire a ambos lados del cementerio, asegurandome de que no hubiera nadie e hice aparecer un bonita rosa de color rosa.
-¿Te acuerdas? Tu querias muchas como esta en nuestra boda
Espero que nadieme vea llorar. Ahora lo que mas necesito, es unas palabras de consuelo

Calculaba que serían alrededor de dos o tres días que llevaba sin tomar sangre y por alguna razón su olfato lo llevó hasta el cementerio, lo cual le resultaba bastante estúpido y estaba por irse a la ciudad cuando divisó a una persona que se diferenciaba de los demás por estar fuera de una tumba (?). Se acercó sigilosamente por detrás.
-¿Con quién habla Sr.? -preguntó con la voz tierna que usaba para atraer a las víctimas. Al tenerlo tan cerca, pudo oler la sal de las lágrimas- Sr. ¿se encuentra bien? -pregunto más preocupado.

-La perdida de un ser querido, provoca siempre un gran dolor -pero.... uno tan grande? me pregunté por qué esta persona mentía, obviamente había algo que quería ocultar y ahora me intrigaba bastante saber, qué sería eso.- ¿Esta seguro? ¿No preferiría conversar? Muchas veveces, hablar es de gran ayuda -una dulce sonrisa, crearía uan pequeña confianza por parte del otro y así, tal vez, terminara consiguiendo el secreto y luego, claro esta comida.

-¿Sabes?,me recuerdas mucho a un "hermano" que tube hace mucho tiempo, pero a él tambien le perdí, me quede solo.-No se por que le cuento esto, tal vez por que este usando su encanto vampirico, pero noto que puedo fiarme de el.-Como has podido adivinar, la que esta enterrada aqui no es mi abuela, basta con fijarse en la edad, 18, no puede ser mi abuela, no. -Sacudi la cabeza, no podia contarselo, no debia hacerlo pero creia que me podia fiar de él-Sino que aqui esta mi prometida, Felisa, el gran amor de mi vida, y la perdi, la perdi y todo por mi culpa
-Me heche a llorar en su hombro. Parezco un estupido llorando en el hombro de un desconocido.Notaba que el cambio empezaba, pero intente controlarlo, no puedo exponerme delante de un vampiro

¿Un hermano? Recordaba haber estado solo toda su vida de vampiro, antes de eso... antes de eso no había nada.
Se sintió estúpido por no haber notado algo tan simple como la edad. Lo abrazó, sintiendo que era el momento para morderlo, justo en ese exacto instante, que podría ayudarlo a terminar con ese sufrimiento, pero por alguna razón su instinto lo retenía y evitaba que lo mordiera.
-S-siento mucho su perdida, d-de seguro ella esta cuidando de usted -dijo en un intento de consuelo, acariciando su espalda.

Miro al extraño algo sorprendido, mientras se formulaba mil y un preguntas algunas con respuesta que llevaban a más preguntas, pero al principal era
-¿Quién es usted? -preguntó, mirándolo fijo, sin tartamudear, demasiado confundido como para preocuparse por otras cosas.

Se lo quedó viendo durante un rato, sin entender, desde que tenía memoria pasaba sus días completamente solo y para lo que el constaba, no tenía ningún familiar que podría estar vivo. Caminó junto a él sin prestar mucha atención.
-Siempre hay gente distraída por aquí... -contesta con total sinceridad al extraño- ¿Entonces sos mi hermano? -preguntó aún procesando.

Se paró a su lado, esperando mientras trataba de imaginar a aquella persona que los había ríado, preguntandose como sería, se lo imaginaba como un amable anciano, como el creador de pinocho.
Al ver aparecer el lírio dio un paso hacia atrás, sorprendido, no conocíacasi hechizeros y los que conocía habían intentado matarlo, sin embargo escuchó en silencio, sin entender el cambio del texto.
-... ¿Por qué tenes una tumba? -preguntó ingenuamente- ah? Liet? -ladeo la cabeza aún más confundido.
(Vos sos la usser de Sealand también, no? Podríamos abrir un post con
ellos? :3)

- Oh, lo siento mucho, si Liet es realmente la causa de la muerte de Felissa, por qué sigue viviendo con vos? -ladeo la cabeza, le costaba seguir a Thoris, no entendía si le hablaba a él o a Liet- A-aah u-uum lo-lo siento mucho -dijo por las dudas.
Siguió la mirada de Thoris y encontró la herida, rápidamente se tapó la nariz y comenzó a rebuscar en los bolsillos, casi desesperadamente un pañuelo. Era un pañuelo ya marrón, por las manchas de sangre.
-Si-siento mu-mucho q-que este su-sucio -dijo sosteniendo el pañuelo para la herida.

(Muchas gracias :D)

Observó con atención como curaba su herida. Asintió, con una triste sonrisa, una vida así, una vida, que había olvidado, le gustaría recordar toda esa parte.
Aceptó el pañuelo como nuevo con una gran sonrisa y asintió.
-Sí, muchas gracias -lo guardó con cuidado en un bolsillo diferente. Al levantar la vista, se sorprendió al verlo tomar sangre, debió haber hecho una cara muy obvia para que su hermano reaccionara así- N-no e-es que n-no sé... a-a la gente no le gusta esa cosa -miró la sangre en la botella, no pudo negarse a esta invitación- Pu-puedo? -preguntó tímidamente.

-Gracias -sentía a Thoris irse de a ratos, le parecía interesante, ya que a él le pasaba lo mismo seguido.
Miró curioso el cielo, al no encontrar nada interesante más que las permanentes y grises nubes, bajó al vista hasta Thoris, preguntándose qué estaría pensando.
- Debe haberte costado ponerlas ahí no te preocupes -la idea le resultó muy tentadora pero conocía la sed y no quería que su... hermano la pasara- Es cierto... sería muy útil... S-si no es molestia te agradecería que lo hicieras -sonrió tímidamente.

-No es molestia, de veras. Pero no sere yo quien te enseñe, si no Liet. Él es el esperto
-"Exacto, tu deja a los profesionales, estupido"-Puse los ojos en blanco. Cogi la capa y me puse la capucha para no alarmar mucho a Raivis.
-Escucha,Raivis. Si ves que se pone algo impertinente, tienes derecho a pegarle, pero no a tomar su sangre, te lo digo por tu salud-sonrei y cerre los ojos. Espero que Liet no se pase mucho con Raivis, por su propio bien
Abri los ojos y me quite la capa de la cabeza.-Decididamente me tengo que cortar el pelo, maldicion.-Cogi la daga y me lo corte, cuando calleron, habia mechones blancos y marrones-No te quejes, estupido, que ya sabes como hacer que te crezca-Repare mi vista un Raivis.-¿Asi que tu eres el hermanastro de Thoris?-Le empece a examinar, los brazos no eran muy musculosos-Se nota que se criaron juntos, los dos son unos enclenques, pero bueno, nadie puede tener mi cuerpo musculoso-Me rasque la cabeza, ya estaba Thoris interrumpiendo, parecia que no me conocia.-Bueno, bueno, a peticion del estupido, empezare con la clase-cerre los ojos, buscando a algun viajero extraviado-¡Y que mejor que empezar con dos niñas pequeñas! La sangre de niño es ta~n dulce-Me empece a frotar las manos y a lamerme los labios. Sabia que Thoris estaba enfadado, ¿pero es que el no tenia algun vicio?-Bueno, antes de que el estupido monte un numerito, quiero ver como cazas. Ahora bienen de camino dos niñas pequeñas. Quiero ver como cazas, pero tienes que tener en cuenta que no debes beber su sangre, si no solo dejarlas sin consciencia, ¿entendido, pequeño Raivis?

Lo miró con algo de incertidumbre pero sobretodo, con curiosisdad,expectante, atenta
-Esta bien... Pero... -se preguntaba cuan fuerte podía pegarle y si eso le haría dañó a Thoris también, supuso que se arreglaría luego.
Miró a Thoris... bueno no, a Liet. Vió como caían los mechones, entretenido. Al escucharlo nombrar a alguien más pensó que etaría hablando con Thoris.
-Soy su hermanastro -confirmo, asintiendo con la cabeza. Ladeó la cabeza, parecía una persona muy entusiasta y ruidosa.
-Son niñas pequeñas... -señaló el Norte- En esa dirección?

Me quede mirando con la boca abiera a Raivis.
-Yo..yo no sabia la direcion. En verdad eres bueno, maldicion-sonrei, tal vez no parecia tan inutil como pensaba al principio.-Lo unico que te puedo decir es que tienen 11 y 14 años. Y tambien puedo decir que pasaran por la puerta del cementerio en unos 10 minutos-Me teletransporte a la rama de uno de los arboles, donde se veia la calle.-Me quedare aqui, si veo que tienes problemas te ayudare-Hice aparecer una manzana y empece a comerla, esperando que hiciera algo

- Es el hambre -se excusó, en realidad rara vez era bueno en algo- Esta bien -dirigió su mirada hacia la puerta. Al volver la vista al otro, no lo encontró, levantó la vista al árbol- Problemas... Con dos niñas... -comenzó a caminar con lentitud hacia la puerta, considerando los posibles problemas que podría o no, llegar a tener. Estaba tan metido en sus pensamientos que las pasó de largo, al notar su aroma con el viento, recordó lo que hacía- A-ah sí cierto -se giró sobre sus pies y pateo detrás de la rodilla de ambas. La mayor cayó inconsciente luego de empujarla con fuerza contra el piso, mientras que a la menor la tomó del pelo y dejó su cuello descubierto, le dio una limpia mordida y le sacó sangre hasta dejarla semi-conciente.
Dirigió la vista hacia el árbol donde, se suponía, debía estar Liet- Y-y ahora? -preguntó con ansias, aguantando la necesidad de destrozarle el cuello a la niña.

Observe detenidamente como dejaba fuera de juego a las niñas. Baje del arbol de un salto y corri hacia la niña pequeña. La sostuve un poco, levantandola la cabeza.
-¿Que te ha pasado, un accidente? Tranquila, yo te ayudare solo cierra los ojos.-Pues la mano en la frente de la niña y la deje incosciente. Me levante dejando que su cabeza se golpeara contra el suelo y me encare a Raivis.
-¿Pero tu no sabes que a las victimas hay que dejarlas incoscientes? Podrian avisar a alguien y meterte en lios-Me quede en silencio,¿quien era yo para darle clases a un vampiro? Le puse la mano en la cabeza, para indicarle que todo estaba bien y me arrodille frente a la niña pequeña. Hice que se sentara a mi lado.
-¿Notas esta vena del cuello? De aqui es donde puedes sacar toda la sangre del cuerpo. Solo tienes que hacer un pequeño corte, poner la botella en la herida y se empezara a llenar.-Le tendi la daga y la botella, esperando que se las pudiera apañar solo. Me levante y me dirigi a la mayor, chupandome los dedos, que habia quedado manchados de la sangre de la niña

Se sorprendió de los gritos, lo ponían nervioso- S-sí pero-pero pensé que tal vez- ... Mi error -concedió molesto, se cruzó de brasos.
Miró a donde el extraño lee indicaba- Sí... -tomó la daga con torpeza, en la mano libre la botella. Apoyó lo segundo contra su cuello priemro y luego hizo un corte, tal vez demasiado grande. La niña se agarró de su ropa y él sol se revMuerta.olvió para scarse la mano, hasta que esta calló. Muerta