Tomando fruto de los nobles. [Libre]

Camino sigilosamente entre los arboles del bosque que convenientemente bordeaban todo el castillo con la excepción de la gran puerta, la cual nadie además de los invitados y caballeros se atrevía ni a acercarse, pues pareciera que si lo hicieras sin un motivo aparente te mandarían a la horca, aunque tal razonamiento sea poco probable. Al llegar al fin a estar enfrente de una de las puertas del cerco de madera blanca que rodeaba el huerto, poso sus grandes ojos marrón oscuros en estos, como si fueran una gran molestia o un obstáculo, aunque unos segundos después abrió la puerta que, sorpresivamente para ella, cedía. Uno pensaría que el fruto del reino tendría mayor seguridad, estaba equivocada.

La mayoría de las personas al enterarse de esto le mirarían mal, considerarían lo que ella va a hacer como hurto, pero era más como si tuviera un complejo de Robin Hood consigo misma, o el normal pero trayendo algunos beneficios para ella, pues se rumoreaba de que no solo crecían alimentos ahí, sino plantas medicinales a las casi nadie podrá acceder, y que además, serían de gran uso en su tienda de pociones, pues las vendería a un precio considerablemente barato.

Aunque le emocionaba un poco la idea, trato de que la codicia no le fuera un obstáculo o un retraso, pues por esas razones gente suele equivocarse. Al abrir la puerta entro hacia el huerto, sintiendo como sus zapatos se ensuciaban un poco de tierra, y empezó a rodear el lugar en donde habían desde frutos ya maduros hasta meros tallos que recién florecían. Preguntándose si habría un lugar cerca en el cual guardaran las semillas o si tendría que ensuciarse las manos arrancándolos del fértil suelo.

Salir a tomar un poco de aire freso, en definitiva eso era lo que necesitaba, las cuatro paredes de su casa no eran de los más entretenidas, eso era seguro. Despejar la mente y tal vez saludar a alguien por el camino ¿o quiza detenerse a conversar? no era la clase de persona que habla a cualquiera mas sin embargo su aburrimiento llegaba a tales extremos y ademas, a nadie le hacia mal conocer nuevas personas, ¿o si?

Comenzó a avanzar por lo que era un camino escondido entre los árboles que rodeaban la fachada del castillo. Era pasado del mediodía y el sol proyectaba las sombras de las hojas, las cuales se movían al compás de la fresca brisa.

Llegó hasta lo que era un enrejado de madera blanca, sabía que desde allí comenzaba lo que era el huerto del rey, jamás había prestado atención a ese lugar aunque sus ojos se posaron en la reja abierta de par en par. Se preguntaba con cierta curiosidad quien habria entrado, si alguno de los vasallos o caballeros descubrían al intruso sería castigado severamente. Dudó unos instantes balanceándose sobre la punta de sus pies y talones. No se tardaría mucho solo iría a verificar, se decía mentalmente después de traspasar la puerta.

Entre algunas ramas cargadas de frutos y flores alcanzo a divisar una silueta femenina, jamás la había visto por el pueblo seguramente era nueva; o simplemente necesitaba salir más. Se acerco aclarándose la garganta antes de decir cualquier cosa. -Si te descubren aquí, te llevarás un buena reprimenda o un castigo de parte de su majestad- Su tono era indiferente al igual que la mirada. Se quedó allí esperando respuesta alguna de la muchacha.