Bajo las estrellas (Priv.Emily)

Se encamino a las ruinas, Emily le había dicho que quería hablarle de algo importante y tenía curiosidad de que podría ser. Sentía que habían pasado demasiadas cosas desde que había llegado a ese lugar, la mayoría cosas que jamás habría creído posibles.... y muchas de ellas por causa de la loba, así que tenía mucha curiosidad de lo que querría decirle.

Había dejado a Suka, en su habitación de la cabaña, había pasado el día haciendo destrozos correteando y había caído rendido sobre su cama, lo que no era tan malo realmente, el pequeño cachorro hacía honor a su nombre, era increíblemente veloz para hacer travesuras, así como para corretear por el bosque.

Llego al lugar cuando ya el sol estaba por ponerse y teñía el cielo de un color rojizo, anunciando la proximidad de la noche, las primeras estrellas ya brillaban en la inmensa bóveda celeste y la luna no tardaría en hacer su aparición también. Siguió el aroma de la loba hasta conseguir divisarla para acercarse a ella.

Sus rubios cabellos se mecían al viento invernal que azotaba con fuerza al bosque. Sentía las brizas sobre sus mejillas pero no le daba frío, su calor corporal era más elevado que el de un humano normal y también la vestimenta que usaba ayudaba un poco. había dejado a sus cachorros en case, durmiendo con su padre Pobre Lovino, tenía que aguantas a sus preciosos regalos inquietos.

La briza sonaba como cuerdas de violín, salían unas melodías hermosas desde los árboles y la escarcha se notaba en el bosque con un encanto mágico. Se encontraba en las ruinas, esperando a alguien en especial.

No sabía qué decirle o cómo empezar, la idea base estaba pero todo revuelto y confuso. Si lograba ordenarlas, inspirarse y hablar correctamente daría todo por hecho, aunque no sabía si podría hacerlo ahora.

Pero vamos, ella era ELLA. No cualquier loba.

Estaba sentada en lo que alguna vez fue una ventana, moviendo la cola que rosaba la nieve.

La diviso desde lejos, se veía como un espíritu, rodeada de la blanca nieve, con su cabellera y su ropa agitada por el fuerte viento que soplaba. Se estremeció ligeramente, no tenía frío realmente, pero el aire helado soplando de forma tan directa sobre su piel le causaba una ligera sensación de escalofríos.

Se apuro a encontrarse con ella, llegando completamente de frente y deteniéndose a corta distancia, podía ver la forma en que la nieve había sido barrida por los movimientos de su cola y eso lo hizo sonreír casi imperceptiblemente... definitivamente ella no podía quedarse quieta de ninguna manera.

-...- no estaba seguro de como comenzar, no era precisamente muy hablador, además seguramente ella no tardaría en hacerlo, resolvió esperar por sus palabras mirándola casi fijamente.